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Temporeras denuncian agresiones físicas y despido de empresa sólo por ser lesbianas

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Las mujeres fueron agredidas física y verbalmente en razón de su orientación sexual en el fundo facilitado por la propia empresa contratista para su alojamiento. Tras el ataque debieron salir en la noche solas a la carretera en busca de ayuda policial, siendo despedidas en forma arbitraria al día siguiente por haber denunciando los abusos.

Con el respaldo del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) dos trabajadoras temporeras presentaron hoy en el Juzgado Laboral de Vicuña una demanda por homofobia contra la  Empresa Frutícola y Exportadora Atacama Limitada, a la cual responsabilizan de agresiones físicas y verbales y de despido arbitrario en razón de su orientación sexual.

La demanda de tutela laboral, la primera por homofobia presentada en Vicuña, contó con el patrocinio del abogado Kenneth Romero y con el apoyo del alcalde de Vicuña, Rafael Vera, quien acompañó a las afectadas y al Movilh a tribunales.

Las denunciantes, Ruth  (46) y Claudia (48), precisaron que el pasado 25 septiembre fueron contratadas por el plazo de tres meses para las labores de brote y arreglo de racimos y formación de plantas, todo en el ámbito vitivinícola. Para tales efectos, la empresa, cuyo representante legal es Sergio Ruiz- Tagle Correa, les facilitó en el Fundo Atacama alojamiento, una habitación compartida para 4 mujeres (dos literas).

El 6 de octubre, Ruth llamó  la atención a sus otras dos compañeras de pieza, porque a las 23:30 horas “se mantenían despiertas, produciendo mucho ruido y no nos dejaban dormir. Ellas ya tenían dos anotaciones por incumplimiento de reglas establecidas en el campamento”

El llamado de atención,  “término transformándose en un pesadilla para las dos temporeras, dando paso a brutales episodios de discriminación contra Ruth y Claudia”, sostuvo el presidente del Movilh, Rolando Jiménez.

En efecto, el pasado 7 de octubre uno de los empleados del fundo irrumpió en la habitación de las mujeres, cuestionándolas porque “parecían lesbianas” y porque habían llamado la atención a sus compañeras.  “Entonces, sin razón, amenazó con golpearnos a ambas y lo hizo. Tomó a Ruth por los hombros, arrastrándola y empujándola contra la litera. Luego me golpeó a mí, en  el lado derecho de la cara. Otros temporeros sólo sacaron al agresor, pero nunca nos defendieron o asistieron”, relató Claudia.

Minutos después las mujeres denunciaron el hecho ante el jefe del campamento, pero cuando el agresor le dijo a éste que las víctimas eran lesbianas, la situación empeoró. “”Jefe que más encima estas huevonas son lesbianas y no pueden otras mujeres  estar durmiendo con ellas”, dijo el hombre, entonces el jefe del campamento nos pidió que desocupáramos la pieza al instante, sin importarle que nos habían agredido verbal y físicamente”, relató Claudia.

Solas y sin auxilio, las mujeres debieron salir en la noche a la carretera en busca de ayuda y tras constatar lesiones en la Comisaría y en el Hospital de Vicuña, la policía se dirigió al campamente para detener al agresor, pero éste ya no se encontraba en el lugar, ni sus jefes dieron pistas o testimonio alguno para ubicarlo.

“Al día siguiente nos dirigimos a nuestro trabajo y firmamos el libro de asistencia. Nos dirigimos a la charla matinal que da la jefa de cuadrilla y ella nos dice; «chiquillas tienen que presentarse en la oficina porque están despedidas». Pedimos explicaciones y sólo nos dijeron que el despido se debía a «término de faenas», lo cual no es así ya que nos consta que está recién comenzando la temporada, mientras que nuestro contrato duraba hasta diciembre. Fuimos agredidas y despedidas por ser lesbianas,  sentimos mucha impotencia y dolor”, relataron las mujeres.

Jiménez consideró que “los abusos homofóbicos contra Ruth y Claudia merecen la máxima sanción de la ley. No es posible que el empleador no dé garantías de seguridad y dignidad para sus trabajadoras, y que al interior de una empresa mujeres sean agredidas y abusadas por su orientación sexual y luego, despedidas, porque denuncian los atropellos ante las policía. Esto es intolerable y de una cobardía que asquea”, puntualizó Jiménez.

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