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Movilh responsabiliza al cardenal Medina de la violencia hacia la diversidad sexual

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Medina negó la existencia de amor entre personas del mismo sexo y calificó a la homosexualidad como “nociva”, un  “desorden aberrante” contrario a la moral y a la naturaleza, comparable a  un “niño que nace sin un brazo”. El Movilh llamó al presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati, a terminar con su “silencio cómplice”.

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) expresó hoy su máximo repudio por nuevas declaraciones homofóbicas del cardenal Jorge Medina, al tiempo que instó al presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati, a aclarar si “una vez más la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica compartirá o rechazará claramente el odio promovido por este persona hacia la diversidad sexual”.

Para Medina , “el fenómeno de la homosexualidad es complejo y sus causas no han sido aún científicamente identificadas. Me parece que salta a la vista que es un desorden, porque los órganos genitales están orientados a la procreación y usar ellos en forma homosexual es algo aberrante y contrario a la naturaleza”.

Añadió en Revista Caras que debe distinguirse “claramente entre ‘tendencia homosexual’, que en sí misma no es culpable, y la realización de actos homosexuales, los que sí son inmorales y absolutamente reñidos con la ética cristiana, tal como lo enseña la Biblia sin ambages. Una persona que tiene tendencia homosexual no debe ser objeto de violencia física y es acreedora de respeto y compasión. Pero el respeto no puede llegar nunca a reconocer como bueno o aceptable algo que está reñido con la moral y con la naturaleza”

Junto con negar la existencia de amor entre personas del mismo sexo, añadió que “la intimidad y la privacidad son características de profundo contenido humano y por eso no creo sano que haya expresiones públicas a favor de la homosexualidad. Por su propia dignidad, me parece aconsejable que una persona con esa tendencia guarde reserva. Creo nociva la publicidad de la convivencia de parejas del mismo género. Peor todavía si las leyes civiles le otorgan reconocimiento o protección, haciendo de lo inmoral algo aceptable e incluso otorgándole beneficios”.

Puntualizó que  a los homosexuales “hay que ayudarlos a sobrellevar ese peso, que yo lo compararía, por ejemplo, con un niño que nace sin un brazo. Es una desgracia y hay que asistir a ese niño para que su limitación no le impida llevar una vida lo más común posible”

En respuesta, el Movilh sostuvo que el “cardenal ni siquiera tiene respeto por los niños/as y/o las personas con capacidades diferentes, al usarlas de ejemplo o asociación para “argumentar” su homofobia, su desprecio, su odio hacia las minorías sexuales”

“El cardenal promueve la violencia, los miedos y desprecios hacia lesbianas, gays, bisexuales y transexuales con una odiosidad y descaro difícil de dimensionar, careciendo sus argumentos de toda razón, de toda lógica, de toda verdad”, apuntó la organización.

Redondeó que los  “dichos de Medina por si solos constituyen una violación a derechos humanos. Una violación que goza de absoluta impunidad, en especial porque cuentan con el silencio cómplice o respaldo inmoral explícito de la toda la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica. La experiencia así lo ha demostrado”

Al considerar que los dichos del Cardenal pueden ser válidos para muchos fieles,  “es claro  que su visión sirve de justificación, de aliento y argumento  para quienes  piensan agredir física o verbalmente a personas con una orientación o identidad de género diversa. Esto porque él está diciendo a todo el país que los gays son “especialmente delincuentes o peligrosos” y con tendencia al homicidio sólo por su orientación sexual.  Es decir dice y orienta a sus fieles en la ignorancia y el temor hacia la diversidad social, lo que aquí y en cualquier lugar, es caldo de cultivo para la violencia”

El organismo puntualizó que  “las declaraciones de Medina sin duda quedarán registradas en la historia del recuento del odio más infundado, más violento e irracional hacia la diversidad sexual. Son las mismas, por tanto, porque las que alguna  vez la Iglesia Católica deberá pedir perdón. No sabemos cuándo, pero eso sucederá”