Movilh expresa máxima preocupación a Policía Civil por asesinatos en serie con connotación homófoba

Un sujeto de 27 años ha quitado la vida a cinco  hombres. Tres perdieron la vida el pasado fin de semana. Cuatro de los homicidios, según variadas versiones, tuvieron lugar luego de que el homicida recibiera insinuaciones sentimentales. El asesino introdujo objetos en el ano de dos víctimas, existiendo para el Movilh “sospecha de crímenes con motivación homofóbica”.

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) expresó hoy al director General de Investigaciones,  Marcos Vásquez Meza, su “máxima preocupación por los asesinatos perpetrados por Jorge Fuentealba Plaza (25), “ alias “El Ñoco”, quien suma cinco homicidios, los tres últimos ocurridos el fin de semana anterior en Curicó.

El sujeto fue detenido en el Refugio El Esfuerzo la madrugada del martes anterior por la Brigada de Homicidios de Curicó  y, de acuerdo a las versiones hasta ahora conocidas, “la mayoría de sus víctimas perdió la vida tras supuestas insinuaciones de tipo homosexual al victimario, lo que levanta serias sospechas de que estemos en presencia de asesinatos con motivación homofóbica y/o que abusan de la  orientación sexual de las personas para cometer delitos, según los conocimientos de nuestro movimiento en casos de similares características”, indicó el Movilh a Vásquez Meza.

En efecto, las cinco personas, todas mayores de 47 años,  murieron por golpes en su cabeza, mientras que a dos de ellas el asesino les introdujo objetos en el ano,  existiendo además  versiones de que cuatro de las víctimas hicieron supuestas insinuaciones sentimantales al victimario y que ello sería una de las razones de los crímenes, según ha dicho el propio homicida para explicar sus actos.

Los últimos crímenes fueron cometidos por Fuentelba Plaza en calidad de prófugo,pues debía estar cumpliendo una condena de 10 años por otro asesinato del 2004, todos homicidios confesos.

“Nuestra preocupación, como comprenderá, es máxima.  Por todo solicitamos a usted instruir a sus funcionarios en Curicó para que en sus nuevas investigaciones sobre los hechos aclaren de manera contundente la razón de los brutales delitos, en especial al considerar que existe una ley antidiscriminatoria que considerara agravante una motivación de tipo homofóbica”, añadió la carta del Movilh.

El organismo de minorías sexuales puntualizó que “daremos especial seguimiento a estos hechos, con miras a la definición clara de nuestros futuros pasos al respecto”.

La fiscal Mónica Barrientos formalizó hoy a Fuentealba Plaza, quien quedó en prisión preventiva

La brutal historia de asesinatos

El primer crimen de Fuentealba Plaza quitó el 2004 la vida al funcionario de la municipalidad de Vichuquén, Sergio Santelices Cordero, cuya cráneo fue masacrado en un sitio eriazo de la ex estación de ferrocarriles. En la ocasión el asesino introdujo una cédula de identidad en el ano de la víctima.

En tanto, el 31 de octubre del 2011 la víctima fue Jorge Muñoz Valdivia (76), una persona minúsvalida que fue golpeada en su cabeza con su muleta en las inmediaciones de cerro Condell, tras lo cual el homicida le introdujo un tubo inhalador en el ano.

El domingo anterior a eso de las 13 horas, el homicida masacró también la cabeza del padre de su padrastro José Manuel Fuentealba Cárcamo (67), quien vivía en el pasaje Lipimávida en la Población Aguas Negras. Este es el único crimen que no levanta sospechas de homofobia, e incluyó la sustracción de un televisor plasma.

Unas cuatro horas más tarde, el asesino en serie quitó la vida a Juan Manuel Vidal (78) mientras recolectaba leña en la  ribera norte del rio Guaiquillo, arrastrando el cadáver para ocultarlo en unos matorrales.

Luego, en la noche se dirigó a la casa de Fernando Valdivia Chávez (47), en el pasaje Puerto Aysén del sector poblacional Manuel Rodríguez. Ambos se habrían conocido en la cárcel, y tras compartir unos tragos el asesino masacró el cráneo de la víctima mientras dormía.

Junto con definir a Fuentealba Plaza como un homicida en serie, el psicólogo y perito del Instituto de Criminología de la PDI, Gonzalo Torrealba, sostuvo que  «las características de sus víctimas son similares y actuó con un mismo modus operandi. Él atacaba, y mientras cometía los crímenes sentía placer. Su forma de operar da cuenta de un sadismo sexual de tipo perverso»,

Añadió a El Mercurio que «no estamos frente a un demente. El sujeto reconoce, reitera y rememora los homicidios y alude a las inclinaciones homosexuales de sus víctimas«, con lo que restó relevancia al hecho de que el criminal estuviese bajo los efectos del alcohol o las drogas al cometer los delitos.

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