Chile ya cuenta con un proyecto para legalizar las parejas homosexuales, el cual considera a esas uniones como una familia y garantiza la condición de heredero a sus miembros en caso del fallecimiento de uno de sus integrantes.
Por Germán Cañón
Diversos parlamentarios estudian desde este mes un proyecto de ley diseñado por el Movilh con los fines de legalizar la unión civil de las parejas homosexuales en Chile y asegurar un piso de estabilidad patrimonial básica a esas minorías.
La iniciativa del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) no persigue una ley matrimonial para las minorías sexuales, pero si garantizar a cada miembro de un determinada pareja el derecho sobre los bienes de su compañero(a) en caso de fallecimiento.

Los congresistas Gabriel Ascencio, Guido Guirardi, María Antonieta Saa y Carolina Tohá ya comenzaron los análisis de la propuesta con el fin de estudiar el posible patrocinio de la misma y su consecuente presentación al Congreso Nacional.
La tramitación del proyecto al interior del Parlamento depende del patrocinio de diversos congresistas, por lo cual el Movilh se encuentra en un intenso lobby en busca de todo el apoyo necesario.
La unión civil entre homosexuales diseñada por el Movilh, es la única existente en Chile y de ser aprobada permitirá mejorar la calidad de vida todos los gays y lesbianas del país que han decidido vivir juntos.
El presidente del Movilh, Rolando Jiménez, aclara que su organismo optó por proponer una unión civil antes “que un matrimonio porque esa demanda es inviable en el actual contexto sociocultural chileno. Lo más importante es, sin embargo, que la ley de matrimonio no da cuenta sobre la realidad de las parejas homosexuales y además es severamente cuestionada por diversos grupos sociales. Así es como cada vez son menos las parejas heterosexuales dispuestas a casarse”.
El Movilh descartó, por último, que su proyecto posibilite la adopción de hijos por parte de una pareja homosexual, pues ese es un ” tema delicado que merece consideraciones jurídicas, sociales y culturales distintas “
PROYECTO DE UNION CIVIL
Según el proyecto del Movilh, la unión entre parejas del mismo sexo se legalizará con dos testigos ante un notario o un oficial de registro civil, los cuales ” deberán llevar un registro privado” del enlace.
Los integrantes de la pareja que pretendan regular su unión para “vivir juntos, amarse y cuidarse mutuamente” , deben ser mayores de edad, solteros y carecer de cualquier vínculo de parentesco sanguíneo.
Si “uno de los miembros de la unión es abandonado sin causa justificada y se encontrare en situación de necesidad extrema o enfermedad” su pareja deberá socorrerlo con auxilios hasta “el 50 por ciento de sus ingresos”, agrega el proyecto. En caso de fallecer uno de los miembros de la “unión homosexual”, el sobreviviente será el único heredero de todos los bienes de la pareja, siempre y cuando no existan hijos, los cuales tienen los mismo derechos.
Para todos los efectos legales, el proyecto del Movilh considera además a la unión homosexual como un “grupo familiar”, la cual puede disolverse por el fallecimiento de unos de sus miembros, por separación superior a un año y avalada por testigos o por abandono prolongado.
El Movilh ha recibido diversos casos de atropellos padecidos por las parejas homosexuales, los cuales van desde la imposibilidad de acceder a un crédito para comprar una casa hasta la enajenación de bienes por parte de familiares homofóbicos.
El organismo maneja antecedentes sobre tres personas que este año perdieron los bienes comprados en conjunto con su pareja, tras largo tiempo de vida juntos. En todos esos casos, la familia de uno de las integrantes de la pareja se apropió de todas las pertenencias de su pariente homosexual fallecido.
“El hecho más dramático ocurrió con la muerte de una persona afectada con el VIH/SIDA. Su familia jamás lo acompañó durante las etapas más críticas de la enfermedad y sólo contó con el apoyo de su pareja. Tras fallecer, sin embargo, la familia se hizo presente y arrasó con todos los bienes que la pareja había comprado con esfuerzo mutuo durante más de 10 años”, explica el dirigente del Movilh, Juan Hernández.
La superación de esas injusticias depende en la actualidad de la disposición y el compromiso de algunos parlamentarios con el proyecto del Movilh y su trámite no estará ausente de polémicas o fuertes rechazos provenientes de diversos congresistas que han manifestado una clara postura homofobica.
La propuesta del Movilh se enmarca en un contexto internacional favorable, pues en los últimos meses diversos países, como Holanda, España, Canadá, Alemania, Argentina y Brasil han iniciado un intenso debate para legalizar las parejas homosexuales, ya sea a través de una ley de matrimonio o de una unión civil.
Esos avances se han producido a pesar de la oposición de las actuales cúpulas de la Iglesia Católica y también de más de algún candidato a suceder al Papa Juan Pablo II. Así es como uno de los aspirantes al cargo mayor de la Iglesia, el nigeriano Francis Arinze, ha señalado que “alguien debe decir a la gente que los matrimonios o uniones homosexuales no son un progreso, pues son la decadencia”.
Arinze ha indicado incluso que si una pareja del mismo sexo se hubiera casado en tiempos del Antiguo Testamento, “la Tierra se habría abierto, tragándose la pareja sin dejar rastro de la misma”.