Dialogan sobre sus derechos y los de sus hijos e hijas y abordaron la transexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad. Discuten sobre política y el rol de los estados y los medos de comunicación en la lucha por la igualdad y rindieron un homenaje a quienes han perdido la vida en razón de la orientación sexual o el género.
Por A.Z
30 de septiembre, 2007 (OpusGay).- Para la mayoría de los padres y madres saber que su hijo o hija es homosexual o transexual resulta un problema, pues generalmente se carece de información para comprender sin prejuicios una realidad que poco y nada se debate al interior de las familias.
Al pensar erróneamente que la homosexualidad o transexualidad es una enfermedad o un pecado, los padres y madres sufren y se consideran responsables de “lo sucedido”. Algunos, después de un tiempo, terminan aceptando, respetando y apoyando a sus hijos, pero otros pueden nunca llegar a ello, dando pasado a la destrucción de la familia.
Así es como las denuncias por violencia física y psicológica y expulsión del seno familiar, son una muestra más de la cruda realidad que vive una parte de las minorías sexuales, esta vez en su entorno más querido y cercano.
No en vano, y sólo como ejemplo, el año pasado las denuncias por atropellos propinados por padres y madres a sus hijos se duplicaron en relación al 2005, según reportó el V Informe Anual de los Derechos Humanos de las Minorías Sexuales elaborado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).
Para prevenir y enfrentar injusticias como estas, algunos padres y madres han llegado más allá de la aceptación a sus hijos y se han organizado por la defensa de los derechos de las minorías sexuales, colaborando activamente con los objetivos del movimiento de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB).
En Chile el primer referente fue creado en la década del 90 y se denominó Padres, Madres y Amigos de Homosexuales (Pafalh), mientras este año hizo su estreno Madres de Gay en Acción, de Acción Gay.
En forma paralela otras y madres y padres han colaborado desde el inicio del movimiento, en 1991, con la lucha de sus hijos e hijas que son activistas del Movilh.
Sin embargo, este grupo de padres y madres comprometidos con la causa es reducido y, para cambiar esta situación, existe la Asociación Internacional de Familias por la Diversidad Sexual (AIFDS), que esta semana reunió en una convención a representantes de 14 países.
“DEBERIA HABER UN HIJO GAY EN CADA FAMILIA”
La III Convención Internacional de Familias por la Diversidad, desarrollada en Montevideo, Uruguay, busca ” dar consejos, entender los temas políticos, platicar experiencias y compartirlas con los asistentes”, con el fin de que todos regresen a sus ciudades a “difundir lo que aprendieron”, explicó el sexólogo y coordinador del evento, Luis Perelman, en entrevista con Anodis.
Durante el cónclave, iniciado ayer, los padres y madres rindieron homenaje a todas las víctimas de la homofobia y transfobia en la Plaza de la Diversidad Sexual, inaugurada el 2 de febrero del 2005, y han participado de debates y talleres que tocan los más variados temas. “Familias y derechos frente al Estado y la vida cotidiana”, “homofobia”, “bisexualidad y transexualidad”, “VIH/SIDA”, “la reconciliación familiar” y políticas estatales y públicas,son algunos de los tópicos que los convocan.
Junto a otros tipo de actividades, que contemplan la participación en la Marcha de la Diversidad Sexual en Montevideo, la AIFDS pretende ofrecer espacios para el establecimientos de relaciones “basadas en el amor incondicional y en pro de una sociedad sana y respetuosa de la diversidad humana”, según indica en sus principios.
La AIFDS no es una instancia pasiva ante las injusticias que padecen las minorías sexuales en manos de sus progenitores. Tanto así que su presidente, Albert Arcarons afirmó durante la convención que ” el padre o la madre que encierra a su hijo o su hija en un clóset merece ser castigado por la ley, ya que la mayoría de las veces los maltratos psicológicos son peores que los físicos. Pero para que esto se pueda llegar a hacer primero hay que educar”.
En su calidad de padre de dos mujeres y dos hombres, Arcarons agregó, que hijos gays o heteroexuales “tienen el mismo derecho a amar y a ser feliz”
” Hay que vacunar a la sociedad contra la homofobia, y la única vacuna existente es la educación. Debería haber un gay o una lesbiana en cada familia, para que la sociedad sea distinta. A mí, personalmente, que uno de mis hijos sea gay me ha hecho cambiar como persona. Soy más respetuoso y comprensivo, y espero que muy pronto toda sociedad pueda ser igual”, puntualizó en declaraciones dadas a Sentido G.
Uno de los grupos criollos más entusiastas con la Convención fue Madres de Gays en Acción, por cuanto tuvieron la posibilidad de asistir al mismo
A juicio de la vocera del grupo, Inés Loyola, el espacio ofrecido por la AIFDS es “una gran ventana para el diálogo entre agrupaciones que trabajan al igual que nosotros por igualar los derechos de nuestros hijos y familiares gays. El objetivo final de este viaje es darnos a conocer, generar redes y buscar apoyo de otros grupos que llevan bastante más tiempo en este trabajo”.
La III Convención, respaldada por el intendente de Montevideo, Enrique Elrichs, cuenta con la participación de representantes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico y Uruguay.
En sus ediciones anteriores el cónclave de desarrolló en México (2002) y Argentina (2005) y en su concepción de la diversidad sexual no sólo está preocupado de los hijos e hijas homosexuales y transexuales, sino también de las familias compuestas por dos padres o dos madres.