El panorama puede ser igual, peor o mejor. Todo depende de diversas variables que el movimiento de la diversidad sexual ya está analizando. Lo concreto es que sea cual sea el nuevo contexto para las minorías sexuales, habrá también impactos en las formas como serán percibidas por la ciudadanía las diferentes corrientes políticas.Por OpusGay.-
18 de enero, 2010 (OpusGay.cl).- Un nuevo e histórico camino en la lucha emprendida por las minorías sexuales para la defensa de sus derechos se abre hoy en Chile, donde las futuras estrategias dependen en buena medida de la forma como la Concertación asuma su derrota, así como del tipo de fuerzas derechistas que el presidente electo, Sebastián Piñera, seleccionará para que lo acompañen y representen durante su gobierno.
Y es que la Derecha, representada por Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI), logró tras 52 años llegar en forma democrática al Poder Ejecutivo, nuevamente de la mano de un empresario, tras el triunfo obtenido en 1958 por Jorge Alessandri.
Como consecuencia, terminaron los 20 años de gobiernos de la Concertación, justamente las décadas cuando el movimiento de la diversidad sexual sembró y cosechó más triunfos en beneficio de la calidad de vida de las minorías sexuales, pese a la oposición de la UDI, de gran parte de RN y a las promesas incumplidas de la que seguirá siendo la alianza oficialista hasta el próximo 11 de marzo.
El nuevo contexto no es automáticamente ni bueno, ni malo y sólo el futuro tendrá la última palabra para llegar a al menos tres conclusiones una vez finalizado el nuevo gobierno: Se mantendrá lo conseguido, sin ningún nuevo avance; habrá retrocesos que potenciarán con fuerza la homofobia o la transfobia o, por último, las minorías sexuales obtendrán más triunfos.
TODO SEGUIRA IGUAL…
Todo seguirá igual si es que la política de “los acuerdos y consensos” que Piñera ya anuncia llega a aplicarse en todos los planos, pasando por alto las transformaciones socioculturales que vive el país, donde una de sus características más claves es su lejanía lenta y en ascenso de los conservadurismos respecto a los principios de igualdad, no discriminación y mayores libertades.
Ello por cuanto los consensos no sólo serán con la futura Oposición, que de seguro liderarán las fuerzas concertacionistas, sino también con aquella derecha más dura, más reaccionaria y conservadora encabezada por la UDI, un partido que lógicamente hará sentir su voz.
En tanto, sí la Concertación obvia la paradoja de que pese a haber elegido la mayoría de los chilenos y chilenas a un presidente que sustentó su candidatura en partidos con fuerte presencia conservadora, ello no implica que el país se distanciara del progresismo, sino que es justamente una protesta de un porcentaje importante de ciudadanos y ciudadanas hastiados de que no se cumpliera lo prometido durante años, manifestándose con el voto nulo, blanco o a favor de Piñera.
En el caso de las minorías sexuales las faltas a la palabra empeñada fueron muchas y pueden reducirse a la carencia de una ley contra la discriminación, de otra de unión civil y de la falta de políticas educacionales que abordarán en su integridad, y sin prejuicios, las diversas formas de vivir y sentir la sexualidad.
Es efectivo que bajo el gobierno de la Concertación se registraron avances, pero no es menos cierto que la totalidad de ellos fueron ideados, impulsados y conseguidos por la minorías sexuales organizadas, en especial, por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) que en la mayoría de las ocasiones luchó solo; o con el respaldo de algunos parlamentarios y escasos agentes gubernamentales; contra las corrientes discriminatorias y contra la cobardía de quienes se decían progresistas, pero que en la práctica privilegiaron justamente la política de los acuerdos con aquella derecha reacia a dar mayor igualdad a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
LAS COSAS SERAN MEJORES…
El panorama podría ser beneficioso por dos razones, cada una de ellas con efectos distintos en la Concertación y la Derecha.
Sí la Concertación comprende que fueron sus señales conservadoras una de las razones de su derrota en las pasadas elecciones presidenciales, y pasa ahora a defender el progresismo contra viento y marea, el contexto sería más favorable para las minorías sexuales, siendo la experiencia española la que da más luces sobre la materia.
En efecto, la Derecha pudo llegar al Poder Ejecutivo en 1996 con José María Aznar a la cabeza, siendo este el cuarto presidente elegido en España, tras el período democrático iniciado con la Constitución de 1978.
Fue sólo en el momento de la derrota, que el Partido Socialista Obrero Español aprendió de sus errores y comprendió que debía renovarse y ser efectivamente progresista, proceso que terminó por dar en el 2004 el triunfo a José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo gobierno ha sido el impulsor de los más simbólicos e importantes avances conseguidos por las minorías sexuales organizadas de ese país y que se expresan, por ejemplo, en la ley de matrimonio homosexual con derecho a la adopción de hijos/as.
La Concertación bien puede asimilar con mayor celeridad esta experiencia, lo cual depende en gran parte de un trabajo legislativo coherente con los propios principios que dice defender que permitan ahora sí cumplir sus promesas o, al menos, dar señales ciertas y claras de que trabajara con fuerza, y sin medias tintas, para hacer realidad lo que propone. Ello, sin duda, abre mejores posibilidades para proyectos de leyes claves para los derechos de las minorías sexuales.
Sin embargo, y siendo optimistas, la Derecha puede ser más estratégica y astuta y adelantarse a los cambios que sí o sí experimentará en algún momento nuestro país. Y para ello, Piñera y sus sectores más cercanos, ya han dado algunas señales. Y es que el presidente electo, fue el primero de la Derecha en incluir en su franja presidencial a una pareja gay, así como pionero en exponer en su programa temáticas vinculadas a los derechos humanos de las minorías sexuales.
Piñera se comprometió a solucionar los problemas de herencia, salud, previsión y régimen patrimonial que afecta a los derechos de los convivientes, sin importar su orientación sexual o identidad de género, además, de expresar de manera clara su rechazo a la homofobia y la transfobia.
Sí cumple sus promesas, tanto en el plano de las minorías sexuales como en otros, dará un golpe de cátedra a la Concertación, pues su gobierno será el que resuelva lo que los partidos responsables de recuperar la democracia en Chile no pudieron hacer. Y ello, lejos de ser criticable por organismos de la diversidad sexual que son verdaderamente independientes en el plano político y que no se sesgan ideológicamente a la hora de defender derechos humanos, recibirá, por lógica, aplausos.
LA SITUACION EMPEORARA…
Los peores panoramas para las minorías sexuales son que las fuerzas más homofóbicas de la Derecha impongan su voz sobre las promesas de Piñera y que a su vez la Concertación deje nuevamente para un futuro sin fechas los principios que dice representar, cometiendo otra vez el error de centrarse exclusivamente en otras temáticas donde las diferencias entre el conservadurismo y el progresismo son más difusas y menos claras para los ciudadanos.
Ello implicará que la visibilidad alcanzada por las minorías sexuales, así como los derechos conseguidos hasta ahora, serán boicoteados directa o indirectamente, y de paso, eliminados, con efectos desastrosos para el movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Y en este aspecto, los grandes perdedores no serán sólo las minorías sexuales, sino también las fuerzas progresistas, toda vez que el rechazar una lucha por mayores cambios para la profundización de los derechos humanos sin discriminación, sus ofertas no serán una alternativa y, por tanto, sus diferencias quedarán reducidas al plano discursivo, siendo esta una de las razones de su reciente derrota.
LAS NUEVAS ESTRATEGIAS DEL MOVIMIENTO…
Desde hace varios meses que una parte de las minorías sexuales organizadas ya venían definiendo futuras nuevas estrategias ante un eventual triunfo de la Derecha. Es el caso del Movilh, que ha analizado todos y cada uno los escenarios descritos y que ya tiene en su agenda una batería de nuevas fórmulas, que en todo caso prefiere mantener en reserva.
Lo que sí está claro, es que el Movilh esperará conocer en detalle el real comportamiento del nuevo Gobierno, del cual se espera cumpla sus promesas, así como de la reformulación que haga de sí misma la Concertación y otras fuerzas políticas.
Dependiendo de ello, se podrá conocer una nueva cara de una parte del movimiento chileno de minorías sexuales. Una nueva cara cuyas expresiones por ahora se desconocen, aún cuando todo indica que serán distintas y, por sobre todo, que no cesará en su lucha, tenga o no mayores o menores niveles visibilidad de los conocidos hasta ahora.