Por Rodrigo Leyton Ossandon.
Vicepresidente Comisión Chilena Pro Derechos Juveniles. Codeju.
¡Qué ironía de la vida! Los adultos se comportan y disfrutan como lo que no son y exigen razonar y comportarse como adultos. En la actualidad, millones de mujeres y hombres adultos hacen filas por liposucción, eliminación de papadas, estiramiento de la piel y frenéticas jornadas de ejercicios para sacarse los años de encima.
Muchos alegan que la “sociedad está hecha para los jóvenes”, pero se trata a ese sector como una cosa, un objeto que debe ser arrinconado y castigado para que no exprese su ser y sus formas de vivir y percibirse porque atenta contra el orden de la racionalidad y la experiencia que dan los años.
El desplazamiento e ingenua independencia del adolescente, del joven y del adulto joven, copando cuanto espacio público existe, es en realidad contrarrestada con la “no-existencia” como sujetos de la sociedad.
Debemos reconocer de una vez a los jóvenes como sujetos, con derecho a resolver sus conflictos y opinar y decidir con su racionalidad y estilos, distintas a las del resto de las personas, los destinos del país. La sociedad y el Estado deben saldar su deuda con quienes no son adultos.
No nos olvidemos, y parafraseando a Huidobro, que “son los jóvenes quienes tienen el mejor derecho de construir la sociedad donde pasarán el resto de sus días”.