La protesta contó con el apoyo de dirigentes de partidos políticos
Por Catalina Herrera

15 de agosto, 2003, (OpusGay).- En momentos cuando el catolicismo chileno celebraba hoy el Día de Asunción de la Virgen, el movimiento homosexual se manifestó en el frontis de la Catedral Metropolitana con furia contra la “cruzada homofóbica iniciada por el Vaticano y respaldada por la iglesia local”.
“Estamos aquí para denunciar que la Iglesia Católica viola los derechos humanos de nuestra minoría, al igual como lo hacen sus sacerdotes al abusar de menores y de la misma manera como en el pasado el Vaticano fue cómplice de los crímenes nazis”, señaló a través de un megáfono el presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez.
Acto seguido, y en medio de transeúntes divididos en rechazos y apoyos a la protesta, el dirigente gay prendió fuego a la bandera del Vaticano y al texto “Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales” que dio a conocer mundialmente la Iglesia el pasado 31 de julio.
Mientras la bandera daba paso a cenizas, dirigentes de la Agrupación de Travestis TravesNavia y de las juventudes políticas del Partido Socialista y del Partido por la Democracia, aplaudieron ese “fuerte y simbólico repudio”, contra lo que consideran una interferencia ilegítima de la Iglesia en la vida privada de las personas.
De la mano al rechazo contra la “homofobia católica”, los manifestantes expresaron mediante lienzos y panfletos su rabia por “las interferencias de la Iglesia en la ley chilena de divorcio al proponer que las personas decidan antes de matrimoniarse si aceptan o no en el futuro la eventual disolución del vínculo”.
“¡No a las presiones del Vaticano y la Iglesia chilena! ¡No a la pretensión de imponer matrimonios de primera y segunda clase”, rezaban algunos de las consignas de la primera manifestación ciudadana potente contra el catolicismo en Chile y que contó con el respaldo de la revista Reflexión y Liberación, publicación de alcance latinoamericano editada por teólogos y sacerdotes católicos.
” Esta manifestación, que aglutinó a diversos sectores sociales cansados de los acomodaticios discursos del catolicismo, constituye para el movimiento homosexual un gran logro, toda vez que su génesis fue ideada por el mismo y logró una primera protesta ciudadana contra la homofobia, las presiones a una ley de divorcio y los abusos deshonestos protagonizados por sacerdotes “, puntualizó una declaración pública distribuida por los manifestantes.
LA GENESIS DE LA PROTESTA

La protesta contra la Iglesia fue anunciada a comienzos de este mes por el Movilh luego de conocerse un texto del Vaticano que llamó a los parlamentarios del mundo a oponerse a leyes y proyectos de unión civil entre personas del mismo sexo. La noticia coincidió con el hecho de que desde el pasado 2 de junio se encuentra radicado en el parlamento chileno el proyecto de “Fomento de la no Discriminación y Contrato de Unión Civil entre Personas del Mismo Sexo”
El documento del Vaticano, cuya redacción contó con los aportes del cardenal chileno Jorge Medina, consideró a los vínculos homosexuales como inmorales, antinaturales y un peligro para la sociedad y la familia, pero destacó el deber de la Iglesia de no discriminar a las minorías sexuales, sino que a sus conductas.
El malestar del movimiento homosexual chileno venía incrementándose desde fines del año anterior, cuando Medina redactó otro texto del Vaticano que prohibió la ordenación sacerdotal de gays, hecho aplaudido por el cardenal Francisco Javier Errázuriz.
“Con esa disposición el Vaticano pretende tapar con un dedo los abusos de curas contra niños, haciendo creer que esa perversión es producto de la homosexualidad”, señaló en esa oportunidad el Movilh junto con efectuar una manifestación cultural en la Universidad Católica de Chile.
Las confrontaciones entre el Movilh y la jerarquía del catolicismo criollo datan, sin embargo, desde comienzos de los años 90, período coincidente con la fundación del movimiento gay en Chile.
Así mientras en 1993 el Movilh repudió en un comunicado la carta pastoral Del Temor a la Esperanza, donde “se asemejaba a la homosexualidad con el Sida”, en 1998 el organismo gay rechazó la negativa de la Iglesia Católica de promover el uso del preservativo repartiendo condones en medio de la celebración del Encuentro Continental de Jóvenes, iniciativa coordinada por las cúpulas de esa institución religiosa.
En el transcurso de la última década, en tanto, diversas manifestaciones del movimiento gay producidas por otros motivos han aprovechado la oportunidad de enarbolar consignas contra la Jerarquía de la Iglesia.
A pesar de esas intervenciones el presidente del Movilh, Rolando Jiménez, considera que la “manifestación de hoy es en realidad la primera protesta ciudadana de envergadura efectuada en Chile contra la Iglesia, pues se efectuó en el frontis de unos de sus símbolos, fue exclusivamente dirigida contra el Vaticano, fue particularmente directa y dura y tuvo como malestar no sólo la homofobia, sino también otros tópicos que involucran a todos los chilenos”.
LOS CATOLICOS CHILENOS
En los últimos 70 años la Iglesia Católica Chilena ha experimentado una baja sostenida de adherentes, sin embargo continúa siendo la religión con mayores fieles del país.
Según el Censo de 1930, el 97.7 por ciento de los chilenos eran católicos. La cifra disminuyó al 89.5 por ciento, 80.9 por ciento, 76.7 por ciento y 70 por ciento en 1952, 1970, 1992 y el 2002, en forma respectiva.
En el estricto terreno de las minorías sexuales, la primera encuesta sobre religión efectuada por el Movilh a ese sector en el 2002 reveló que el 50.4 por ciento de los gays, lesbianas y travestis se declaran católicos, aunque el 86.6 por ciento se siente discriminado por esa religión.
Según ha indicado el teólogo católico y editor de la revista Reflexión y Liberación, Jaime Escobar, el sentirse discriminado por la religión, pero al mismo tiempo adherir a ella no es una incoherencia, sino un ejemplo de ” vida y misericordia”
“Es un ejemplo porque a pesar de la discriminación, del silenciamiento y de la caricaturización de la realidad de los homosexuales chilenos, estos hermanos sienten una pertenencia al Evangelio”, concluyó Escobar al analizar la encuesta del Movilh.