Organizadores demandaron matrimonio y adopción de hijos
Por Daniel Ulloa
1 de octubre, 2006, (OpusGay).- Miles de gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros y transexuales marcharon ayer por la Alameda con el objeto de visibilizar sus propuestas y demandas a favor de la no discriminación por orientación sexual e identidad de género.
Desde Plaza Italia hasta Plaza Los Héroes, la multitudinaria y festiva columna reunió a diversas organizaciones de minorías sexuales, además de coloridos camiones y vestimentas donde los discursos oficiales de la actividad llamaron a la adopción de hijos, al matrimonio entre personas del mismo sexo y acusaron la falta de todo avance en Chile torno a los derechos de las minorías sexuales.
Los organizadores de la actividad; Sidacción y el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales; con el respaldo de Las Otras Familias, la Brigada Gay del Partido Socialista y CEGAL, sostuvieron que “porque no tenemos nada, lo queremos todo”.
En esa línea, los grupos demandaron “ley de matrimonio, tuición y adopción de hijos, derecho al trabajo, acceso a la previsión social y protección especial a los trabajadores”, gays lesbianas y trans.
Junto con criticar al gobierno, por cuanto éste “guarda un silencio cómplice con nuestros verdugos”, los organizadores de la marcha sentenciaron que nada ha ocurrido en Chile en beneficio de las minorías sexuales, aún cuando un reciente estudio de la consultora Mori arrojó un gran cambio cultural sobre la materia.
“Sólo hemos logrado visibilidad con costos personales, familiares y sociales muy altos, pero ningún avance efectivo en materia de leyes, políticas públicas y en las decisiones de los tribunales (…) Seguimos viendo con dolor cómo la sociedad alimenta su morbo con nuestras “salidas del closet””, agregaron.
Aunque Sidacción y el Movimiento Unificado, según lo revelan las cifras oficiales, son los grupos homosexuales que han recibido, desde comienzos de los 90 a la fecha, la casi la totalidad del financiamiento otorgados por los gobiernos de la Concertación para la elaboración de actividades antidiscriminatorias pro minorías sexuales y de prevención del VIH/SIDA (sumando decenas de millones de pesos), los reponsables de la marcha sostuvieron que “nuestras organizaciones sociales sufren a diario la falta de apoyo económico, para poder desarrollar una lucha digna”.
Junto con demandar modificaciones al Código Penal, a la Ley de Matrimonio Civil, y al Código del Trabajo, los organizadores criticaron también en un encendido discurso el accionar de los medios de comunicación en torno a los derechos humanos, aún cuando el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo reveló que la prensa ha sido fundamental para la apertura social hacia la población GLTTB.
“Los medios de comunicación tanto impresos como televisivos y radiales, conciente o inconscientemente nos denigran y pisotean en nuestra dignidad satirizándonos y estereotipándonos, ante el silencio cómplice de la sociedad mayoritaria, alentada por la ignorancia y el morbo”, dijeron.
Los organismos puntualizaron en su declaración que la masiva marcha de ayer “no fue un carnaval”.
“Esta es la manera en que sin tristeza pero con decisión, sin inhibiciones pero con coraje, sin temores, con alegría desde nuestras diferencias internas pero en unidad, las organizaciones políticas que representamos a los trans, lesbianas y gay de Chile, decimos con firmeza y sin miedo: ciudadanía plena ahora”, puntualizaron.
DECLARACION ORGANIZADORES MARCHA 2006
A continuación OpusGay reproduce en su integridad la declaración de los organizadores de la marcha:
“La Constitución Política de la República de Chile, en su artículo primero señala lo siguiente: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos… El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización material y espiritual posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece”.
Claramente ésta es sólo una declaración de buenas intenciones, pues no corresponde a la realidad vivida por la mayoría de los chilenos hoy.
La discriminación es uno de los problemas sociales más graves de la actualidad y afecta a millones de chilenas y chilenos. Es así como:
1. En Chile se discrimina a diario por razón de raza o etnia, religión o creencia, origen nacional, cultural o socioeconómico, discapacidad, apariencia, edad, opinión política, sexo, género, orientación sexual, preferencia sexual, identidad sexual, diversidad familiar y expresión de género.
La discriminación no parte sólo del entorno social, se halla enquistada también en el gobierno, en el parlamento y en los tribunales de justicia que a diario emiten opiniones, desarrollan políticas y jurisprudencia, se escandalizan y exaltan frente a nuestra presencia, mantienen y amparan esta inequidad y pretenden acallaar con migajas nuestras demandas.
Esta situación es promovida y reforzada por las visiones conservadoras y prejuiciosas de muchas iglesias, particularmente por la ideología fundamentalista de la Iglesia Católica, por algunos credos evangélicos y por sectores políticos ultra conservadores que, como lo demuestran diariamente con su intolerancia, no respetan ni la Constitución ni los Derechos Humanos.
2. Las minorías sexuales (trans, lesbianas y gays) somos el grupo más excluido por la ley, los organismos estatales, las políticas públicas y la sociedad toda; somos constantemente excluidas, discriminadas y agredidas por el Estado, por los tribunales de Justicia, por el Congreso; somos discriminados y discriminadas por nuestras propias familias, en los colegios, liceos y universidades, en nuestros lugares de trabajo, en las reparticiones públicas y comunales, en los hospitales, en los espacios públicos y privados.
3. Los medios de comunicación tanto impresos como televisivos y radiales, conciente o inconcientemente nos denigran y pisotean en nuestra dignidad satirizándonos y estereotipándonos, ante el silencio cómplice de la sociedad mayoritaria, alentada por la ignorancia y el morbo.
Esta situación no es fruto de nuestra imaginación; es una realidad que nos persigue de manera cruel e inhumana durante toda nuestra vida. Esta es la realidad concreta con la que trans, lesbianas y gays en Chile nos enfrentamos a diario:
– En los Colegios, Escuelas, Liceos y Universidades, sin distinción entre estatales o privados, se expulsa, persigue y condena a estudiantes lesbianas, gays y trans.
– Diariamente en Chile lesbianas, trans y gays son insultados, agredidos, violentados, maltratados, torturados y asesinados, bajo total impunidad.
– Debido a la discriminación laboral que sufren particularmente los y las trans, aunque también lesbianas y gays, se ven obligadas y obligados a mentir y escudarse detrás de una identidad falsa que las y los humilla como chilenas y chilenos y como seres humanos.
– Las autoridades de orden público, como Carabineros, amparan y algunas veces promueven y perpetran la violencia física y verbal contra nosotros y nosotras.
– Las Autoridades Políticas y Comunales, de las Fuerzas Armadas, del Poder Judicial y de la Iglesia, emiten constantemente declaraciones homofóbicas, lesbofóbicas y transfóbicas por los medios de comunicación social, bajo total impunidad.
– Nuestras familias son constantemente invisibilizadas, negadas y excluidas de cualquier espacio de representación, y sólo se nos ofrece la hipócrita pretensión de su reconocimiento como meras comunidades patrimoniales y no como núcleos de afecto y protección mutua.
– La lesbomaternidad y la gayperentalidad son perseguidas con aversión y terror.
– Nuestras organizaciones sociales sufren a diario la falta de apoyo económico, para poder desarrollar una lucha digna.
Pero no solo hay discriminación subjetiva. En Chile es la propia LEY la que nos castiga y discrimina:
– La ley de divorcio discrimina a los homosexuales y lesbianas al sancionar la orientación sexual como causal de divorcio culposo.
– La vigencia del art. 373 y 374 del Código. Penal, que nos impide expresar nuestra identidad y afectividad en los espacios públicos como todos los demás ciudadanos de este país, al imponer una moral conservadora y fundamentalista.
– El 495, N° 5 del Código Penal, señala expresamente: “Serán castigados con multa de una unidad tributaria mensual: &el que públicamente ofendiere el pudor con acciones o dichos deshonestos”. – El artículo 161 del Código del trabajo señala: “&el empleador podrá poner término al contrato de trabajo invocando como causal las necesidades de la empresa&”, artículo que es invocado constantemente para despedir personas en razón de su orientación sexual
– La Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), también consagra la discriminación al impedir la fiscalización y sanción a los establecimientos que discriminan a lesbianas, gays y trans, al mismo tiempo que perpetúa una moral cristiana y conservadora.
¡¡No nos engañemos!!. 22 años después que se fundara el colectivo lésbico “Ayuquelén”, como reacción al asesinato de Mónica Briones, y después del fortalecimiento y trabajo sostenido de muchas organizaciones T.L.G. durante este tiempo, sólo hemos logrado visibilidad con costos personales, familiares y sociales muy altos, pero ningún avance efectivo en materia de leyes, políticas públicas y en las decisiones de los tribunales.
No tenemos nada… Siguen existiendo las Mónicas, las Amandas, los Luises… seguimos viendo con dolor cómo la sociedad alimenta su morbo con nuestras “salidas del closet”.
Seguimos invisibilizados por nuestro gobierno que guarda un silencio cómplice con nuestros verdugos.
Señora Presidenta, el Estado no puede eludir su responsabilidad, señalando que la sociedad chilena no está preparada para asumir los desafíos que implica avanzar en materia de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual o que nuestros temas no son parte de la “agenda social” del gobierno de turno.
El Estado chileno se basa en el principio de subsidiariedad, lo que implica que en ciertas materias en que los particulares no pueden avanzar, es el Estado el llamado a intervenir, de forma subsidiaria, argumento que Ud. misma esgrime cuando se trata de equidad de género.
Si la sociedad chilena no está preparada para hacerse cargo de los cambios sociales y culturales, es el Estado el que debe cumplir esa función.
Así lo obligan los numerosos tratados internacionales vigentes. Ud. que es la Presidenta de todas y de todos no puede permitir que se nos siga segregando, castigando y asesinando por ser como somos.
El prestigio de Chile a nivel internacional no depende sólo de índices macroeconómicos, sino también de la capacidad para promover, difundir y hacer respetar los Derechos Humanos, es decir, la libertad, la igualdad ante la ley y la No Discriminación.
En consecuencia, en este día, las organizaciones TRANS, LESBIANAS Y GAYS, DECIMOS:
¡BASTA! POR ESO EXIGIMOS:
– La inmediata derogación de las materias legales que sancionan o limitan la libertad de las personas en relación con la orientación sexual, su identidad sexual y de género.
Esto es, el n° 4 del artículo 54 de la ley 19.947 de matrimonio civil, el artículo 373, 374 y 495, n° 5 del Código Penal, el art. 161 del Código del trabajo y la LOCE.
– La incorporación explícita de las demandas por igualdad ante la ley de la comunidad T.L.G. en los diversos cuerpos legales que se refieren a derechos familiares, educacionales y laborales.
En la práctica esto significa ley de matrimonio civil, tuición y adopción de hijos, derecho al trabajo, acceso a la previsión social y protección especial a los trabajadores T.L.G., protección a los estudiantes en proceso de búsqueda de su identidad sexual o de género y ley de identidad de género.
– Desarrollo de políticas públicas en los ámbitos de familia, mujer, jóvenes, trabajo y previsión social, vivienda, educación, justicia, fuerzas de orden público y fuerzas armadas destinadas a educar y fomentar en la no discriminación por razón de orientación sexual, identidad sexual o de género.
– Legislación en materia de regular y sancionar el discurso del odio y las ofensas homofóbicas, lesbofóbicas y transfóbicas que hoy en día se emiten impunemente a través de los medios de comunicación social.
– Por último, exigimos a los tres poderes del Estado que efectivamente apliquen la separación de la Iglesia con el Estado y no acepten la ingerencia de ningún credo religioso en la discusión política sobre nuestras vidas íntimas.
Sabemos muy bien que si el desarrollo de la vida humana pasara por la voluntad de la Iglesia, todavía se quemarían brujas, creeríamos que el sol gira en torno a la tierra y no tendríamos sangre corriendo por las venas.
Esto no es una cuestión de fe, es un tema objetivo de libertad y ciudadanía.
Señores periodistas, no se confundan… Esto no es un carnaval… Esta es la manera en que sin tristeza pero con decisión, sin inhibiciones pero con coraje, sin temores, con alegría desde nuestras diferencias internas pero en unidad, las organizaciones políticas que representamos a los trans, lesbianas y gay de Chile, decimos con firmeza y sin miedo: CIUDADANÍA PLENA AHORA