DIVINE: CUANDO LA JUSTICIA DEPENDE DE LA PERSEVERANCIA Y LA SOLIDARIDAD

Aunque curiosa y lamentablemente hasta ahora el Movilh no ha recibido el apoyo de otros grupos homosexuales para avanzar en el Caso Divine, el organismo si consiguió que personas ajenas al mundo de las minorías sexuales le tendieran una mano para avanzar en lo que claramente ya es una cruzada por los derechos humanos.

Sin duda la reapertura del Caso Divine, en septiembre pasado, y la decisión del Quinto Juzgado del Crimen de aceptar este mes al Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) como parte del proceso constituyen el avance más emblemático e importante en la lucha contra los atropellos hacia las minorías sexuales registrado en Chile.

La reapertura del caso por Jorge Gándara, el mismo juez que en marzo de 1994 cerró el expediente sin agotar todas las diligencias, no es sólo una esperanza para los sobrevivientes y los familiares de las víctimas fatales, sino también una muestra de la capacidad de influencia y seriedad del movimiento homosexual, que tras rigurosas investigaciones y una insistencia a toda prueba agotó todas las herramientas a su alcance, amenazando incluso con una huelga de hambre si los tribunales no aceptaban sus demandas.

La sola existencia de las constantes presiones del Movilh dejó palmaria la desigualdad reinante en nuestros tribunales respecto al acceso a la justicia. Sin pataleos y sin efectuar la labor que correspondía a otras instancias (como Carabineros y la Policía Civil), el caso jamás se habría reabierto, aún cuando todo sentido común evidenciaba la necesidad de reiniciar las investigaciones que dejaron entre 16 y 20 personas muertas en Valparaíso.

Y tras la reapertura las injusticias continúan, pues el Movilh, un grupo sin fines de lucro y que apenas tiene dinero para costear sus gastos básicos, debe sortear diversos obstáculos para avanzar en las nuevas instancias que tienen por fin determinar la causa del incendio, sancionar a sus responsables y hacer justicia en nombre de las víctimas.

Si un grupo históricamente discriminado tiene dificultades para el debido proceso, la situación se agudiza si el mismo carece del dinero básico para costear su defensa, en especial si se refiere a un caso ocurrido 10 años atrás. Los avances en la justicia en Chile sólo dependen, en consecuencia, de la solidaridad y el apoyo de terceros.

Aunque curiosa y lamentablemente hasta ahora el Movilh no ha recibido el apoyo de otros grupos homosexuales para avanzar en sus diligencias, ni felicitaciones por el logro alcanzado, el organismo si consiguió que personas ajenas al mundo de las minorías sexuales le tendieran una mano para avanzar en lo que claramente ya es una cruzada por los derechos humanos.

Mientras la abogada María Elena Quintana trabaja por un aporte monetario mínimo en el caso, cuatro procuradoras lo hacen por nada (Pamela Morales, María Angélica Castro, Jovanina Vásquez). En tanto los diputados Guillermo Ceroni y Laura Soto patrocinaron una querella del Movilh y un tercero en forma anónima actuará como fiador con el objeto de que el grupo gay no se vea afectado por una fianza que lo dejaría, literalmente, en la calle.

En el proceso se echa de menos el apoyo de la población homosexual y de otros grupos organizados, quienes no se han interesado, ni interiorizado en las diligencias efectuadas ni en las que vienen. Peor aún, a días de que el Movilh consiguiera la reapertura del caso, algunos activistas gays declararon públicamente que nada se podía hacer en Chile porque el caso estaba definitivamente cerrado dada su antigüedad. La lógica: ¡bajarse los pantalones sin nunca haberlos tenido arriba!

Hoy, cuando el incendio de la Divine puede ser en el futuro una muestra de justicia para sus víctimas, es más importante que nunca dejar de lado las declaraciones o acciones efectistas, los anuncios inconducentes y las denuncias infundadas en torno al caso e involucrarse en forma real en el mismo, con aportes contundentes y definitorios que vayan más allá de los discursos o las perfomances de buena crianza.

El camino está llano para la justicia y quienes lo están comandando (Movilh en conjunto con sobrevivientes y familiares de las víctimas) de seguro esperan mayor solidaridad, apoyo y trabajo mancomunado, alejado de intereses individualistas, corporativistas o institucionalizados que sólo terminan por poner las diferencias o pugnas internas sobre los derechos humanos del grupo al cual intentan representar u objetivo que dicen perseguir.