CHILEVISION: PROFESIONALISMO Y HUMANIDAD

Chilevisión no garantiza a sus periodistas sueldos altos o regalías económicas como otras estaciones. El canal si otorga algo más importante como es el mayor estatus profesional e intelectual de la televisión criolla a sus trabajadores.

A la hora de las comparaciones entre una misma noticia cubierta por los departamentos de prensa de los diversos canales, Chilevisión evidencia mayor compromiso social y diversidad de fuentes. Sus periodistas, a pesar de los escasos recursos técnicos con los cuales disponen, han sabido además intervenir en forma justa y equilibrada con sus opiniones en las notas que emiten.

Los comentarios, lejos de percibirse como una subjetividad antojadiza, provocan la identificación del receptor y, al mismo tiempo, contribuyen a ampliar el debate y los enfoques de un mismo hecho, elementos que dotan de mayor neutralidad o sinceridad a los reporteos.

Las noticias y los programas de debate del Canal, sin duda los mejores de la televisión chilena, están a la vanguardia en lo referido a los temas emergentes como son el divorcio, el aborto, la homosexualidad, la ecología, la eutanasia, el servicio militar obligatorio, la pena de muerte, la discapacidad física o psíquica, las etnias, el Sida, el medioambiente, género, consumo de drogas, sistema carcelario, infancia, tercera edad y los derechos del consumidor.

Los reporteos ubican como protagonistas de esos temas a las personas directamente involucradas y no a las fuentes oficiales, pues sus trabajadores no permiten la prominencia de los políticos polillas, al menos en esos casos, y tratan la noticia desde su verdadera raíz, “purificándola” de las manipulaciones u oportunismos de determinados parlamentarios que sólo figuran en las conferencias de prensa y luego de olvidan de las personas que les sirvieron de trampolín para las cámaras.

Chilevisión ha potenciado además una inteligente retroalimentación con sus televidentes en programas como El Termómetro y, en un hecho inédito, ha posibilitado que a través de Ultima Mirada, sean los receptores quienes también contribuyan a la definición de las pautas.

Es un hecho no estudiado, pero si percibido, que los televidentes del Canal son críticos y que por lo mismo no perdonan los errores del medio. La transparencia informativa ha impedido, en todo caso, que ese interesante elemento se transforme en un arma de doble filo para Chilevisión. Por el contrario ha sembrado sensaciones, mínimas pero la mayor de la pantalla chica, de igualdad de interferencias entre los contenidos divulgados por emisores y receptores a través del canal

Las valiosas particularidades descritas han derivado en que los periodistas del medio generen un clima humano y de compañerismo sin referentes. Todos están conscientes que el rating no es el mejor y que los sueldos tampoco lo son. Sin embargo, la posibilidad de ser “periodistas en serio”, sin burdas o superficiales rivalidades entre los trabajadores, es aprovechada al máximo y mantiene viva la lealtad y el deseo de continuar en un medio “casi pobre, pero honrado”.

Pero no todo es color de rosa. Hay cosas que los receptores fieles de Chilevisión no entienden cómo los motivos por los cuales se inician las noticias centrales con notas policiales, cuando todo indica que el televidente promedio del canal centra sus intereses en otras materias, o el protagonismo brindado a un personaje como Juan Cristóbal Guarello que cada vez que mete la cuchara en temas no exclusivos de la pelota demuestra débil inteligencia, potente incoherencia y bruta originalidad. Es de esperar que entre las interesantes transformaciones diseñadas en la actualidad por el Canal, se analicen esos elementos y se actúe en consecuencia.