La película argentina reprodujo sin titubeos lo peor de Holllywood
“Apasionados”, la más reciente película argentina en llegar a Chile, tiene como una de sus enganches secundarios la molestia de un gay al no ser escogido por su amiga para ser el padre de su hijo. En el desarrollo de esa historia se recurrió a los más burdos estereotipos de la homosexualidad.
Por Clara Fernández-Escudero
Febrero, 2003 (OpusGay).- Como en la mayor parte del mundo -salvo honrosas excepciones-, la cinematografía latinoamericana también se ha hecho eco de los peores vicios inducidos por la todopoderosa maquinaria hollywoodense.
Muestra de ello es “Apasionados”, la más reciente película argentina que llegó el pasado 6 de febrero a la cartelera local, producida por el canal de televisión Telefé -un equivalente del Mega en cuanto a su llegada popular- y protagonizada por un elenco que normalmente trabaja en teleseries.
El argumento es sencillo y previsible: una pareja de jóvenes lindos y exitosos, compuesta por una controladora agente de viajes y un guía turístico que ama la naturaleza, accede a los pedidos de la mejor amiga de la protagonista, quien desea engendrar un hijo pero sin la “complicación” de tener un hombre a su lado.
La idea es que Uma -nombre de la futura madre- reciba la “donación” de parte de quien ella
considera “el mejor hombre del mundo”: Nico (interpretado por Pablo Echarry), la pareja de su amiga Lucía (Nancy Duplaa).
Pero como la comedia romántica está copiada con pelos y señales de los exponentes más obvios de la cinematografía made in USA, Uma tiene como mejor amigo a Roberto, un joven gay quien se ofende cuando no es elegido para ser el padre biológico del niño y reconoce -en una de las peores escenas del film- que “en mí, el bebé tendrá un padre presente, diferente pero presente”, enfatizando la diferencia con una burla sin disimulo de parte del protagonista.
Roberto (encarnado por Pablo Rago) dice en la cinta que para el personaje principal ” la vida es como una película americana” y, sin duda , para el realizador Juan José Jusid eso debe significar definitivamente un elogio. Por lo mismo, dotó al amigo gay de Uma con los estereotipos más obvios de los que pudo echar mano: le tiñó el pelo con visos rubios, lo convirtió en el paño de lágrimas incondicional de las desdichas de la joven protagonista y lo hizo trabajar de comandante de a bordo para traer un “amigo” de etnias diferentes después de cada uno de sus viajes. Todo, sin ninguna otra función aparente en la vida más que “entretener” al entorno con sus deslenguados comentarios y modismos exagerados.
Con “Apasionados” resulta lamentable seguir comprobando que aún los homosexuales ocupan papeles destinados a descomprimir la tensión dramática de las películas más orientadas al público masivo. Lo claro es que son ejemplos como ésos los cuales incentivan la discriminación y la burla y olvidan que las personas tienen vidas más allá de su orientación sexual. Ojalá, en poco tiempo, las salas que venden cabritas y bebidas ofrezcan un cine más respetuoso, alejado de las represoras tijeras de los censores de siempre, quienes -con o sin Ley de Cine- siguen creyendo que la “normalidad” es sólo la dictada por sus restringidos cerebros. Apasionados – Argentina/ España – 2002 – Dir.: Juan José Jusid – Con: Pablo Echarri, Nancy Dupláa, Natalia Verbeke, Pablo Rago y Héctor Alterio – 102 min. – 14 años.