AMOR LESBICO, VACIO DE ALMA

Una joven estudiante relata a través de este Rincón la tristeza que afecta a una lesbiana cuando ella y su amada enfrentan fuertes problemas para asumir sin culpas su identidad homosexual.

Por Lenna

Aquí está mi vida, rara, muy rara. Estoy más pesada, gruñona y sarcástica, casi insoportable.

No sé que pasa. No puedo hablar con nadie sobre mí. Ahora soy introvertida, debe ser de pura impotencia, de pura rabia conmigo.

Tengo serios problemas emocionales. No tengo a nadie para que me ayude, ni siquiera yo. Hay algo dentro de mí que nació y empezó a crecer lentamente.

Antes apenas me irritaba porque no era molesto, pero ahora se descontroló y ya no puedo evitar que pare de crecer: hubo un “hechizo” en mi vida, un cruel encantamiento, algo inimaginable y sin explicación. Me enamoré de quien no debía.

Es angustioso vivir y no poder aceptarte, mirar al espejo y sentirte ahogada, víctima del hostigamiento de tus propios pensamientos. Tengo paz cuando estoy sola y cuando me rindo de mí.

Me enamoré de ella y ella parecía estarlo de mí. Esquivé muchas veces la invitación de sus besos, pero algo corría por mi sangre. Ella lo hacía todo más fácil y me seducía como a un juguete.

Me robó un pedazo de mí. Se llevó mi alegría, mi conformidad, mi paz. Lo di todo por unos minutos de su amor y allí me dejó sola. ¿Por qué no me quiere? Lloré de pánico, de pena, de rabia.

Vacío mi alma. La veo en mis sueños. Me tengo al borde de una escondida depresión, mezclada con un toque de locura. Quizás todo me pasa por haberme burlado del amor. ¡Es cierto que Cupido venga las ofensas!

Ahora ¿cómo lleno este hueco en mi alma?¿Qué hago para que me quiera? “Ella es la princesa de mi baile, en el castillo de cristal”. “Tienes que salir de mi corazón, que te aferra inexplicablemente”.

Es insano vivir en tu mundo interno, no puedo seguir así. No tengo paciencia. Soy cobarde y no creo que pueda decirte todo esto, incluso considero que es injusto para ti.

Ojalá algún día me perdones. Espero que algún día podamos seguir siendo las viejas amigas de antes. Mi chica de ojos tristes y desesperados, tienes miedo, el mismo miedo que a veces siento yo. Por qué te sigues aferrando a lo último de heterosexualidad que te queda. ¿Por qué me lo refriegas en la cara? no es necesario, amiga mía.

Planeo una estrategia para salir de aquí, quiero volver a sonreír. Me da lo mismo cual sea el resultado. Solo quiero volver a ser feliz.