“CRISTO NO CONDENA A LOS HOMOSEXUALES”

Si Cristo estuviera hoy entre nosotros, ¿qué diría frente a la homosexualidad y los homosexuales?

* Por Fernando Frontán

Basta una lectura a los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan, libros de la Biblia que cuentan la vida de Jesucristo) para confirmar de manera categoría que no existe ningún pasaje, ninguna palabra en ningún versículo donde Jesús se refiera a la homosexualidad o los homosexuales para condenarlos y excluirlos del plan de Dios.

Mucho menos puede deducirse de su discurso, de sus actos, de su prédica un mensaje discriminatorio.

Jesús pudo referirse a los vínculos homosexuales que eran parte de la cultura griega y romana de su época, pero no lo hizo. Aunque no sabemos por que nada dijo, es presumible que de ser importante algo habría señalado.

Jesuscristo pudo incluso tomar una postura ideológica. Conocía muy bien la ley judía y dentro de ella el libro del Levítico y los pasajes del Génesis (Sodoma y Gomorra) que hoy utilizan las iglesias fundamentalistas para condenar la homosexualidad y excluir a los homosexuales… No lo hizo.

El sí marcó una categórica y radical doctrina en contra de la opresión, la hipocresía y el duro yugo que sobre “los pequeños” depositaba el poder religioso y sacerdotal del momento.

Luego San Pablo hace algunas menciones en la Carta a los Romanos y en las cartas a las Iglesias de Corinto para referirse a determinadas prácticas sexuales “antinaturales”, dentro del marco de un discurso que afirma su preocupación ante las situaciones esclavizantes del pecado.

Es poco serio y responsable deducir de esos versículos una teoría condenatoria del vínculo de afecto y consentimiento mutuo entre personas del mismo sexo, que incluyan la vivencia sexual y erótica. Quien lo hace contradice el mensaje global del Evangelio; margina el mandamiento del amor y acentúa exclusión de “los diferentes” al patrón cultural de normalidad (por demás construcción ideológica socio-cultural y religiosa).

Todo cristiano ha descubierto en Jesucristo la verdad y la vida. Por ello sabe que tanto la historia como las escrituras tienen un sentido nuevo a la luz de la experiencia liberadora de su Evangelio. Eso exige una lectura con los ojos de Jesucristo.

Imposible evadir la pregunta: si Cristo estuviera hoy entre nosotros, ¿qué diría frente a la homosexualidad y los homosexuales? ¿Aplicaría la radicalidad de la vieja ley sin considerar el mandamiento más importante que dejó? ¿Excluiría a las personas gays, lesbianas, travestis, transexuales y bisexuales de la participación del banquete de su Reino? ¿Hablaría de la homosexualidad como una naturaleza humana “aberrante”, “abominable”, “repudiada por Dios”? ¿Sería coherente con su discurso y con sus actos que pensara, hablara y obrara de esa manera?

Por supuesto que no. Jesús diría una vez más, parafraseando los versículos de Mateo 11:26: “vengan a mí todos los que estén discriminados, solitarios, doloridos … y yo los haré descansar”

*Representante de la Iglesia Metropolitana de Montevideo.

Texto difundido por el Centro Cristiano de la Comunidad GLTTB )