Tras dos meses de que el comentarista de televisión Fernando Villegas emitiera fuertes dichos contra la homosexualidad, un chileno que habita en Estados Unidos redactó una dura misiva contra el movimiento gay criollo. A continuación se reproduce parte importante de esa carta.
Considerado Movimiento Gay:
Con el respeto que me merecen como personas, quiero manifestar mi opinión desde USA en donde me encuentro viviendo desde hace 4 meses, sobre las declaraciones de Fernando Villegas y el terremoto que ha causado en el movimiento gay.
Al revisar las declaraciones de Fernando Villegas no veo ninguna actitud homofóbica; y en relación a sus declaraciones, las comparto plenamente.
Creo que ustedes como movimiento están obnubilados y sensibles a cualquier discrepancia que pudiera haber sobre las intenciones que ustedes consideran válidas y políticamente correctas.
Primero que nada, ustedes más que nadie (ya que se consideran de mentes abiertas) no debieran molestarse por las personas que defendemos la masculinidad como conducta más fuerte para regular las relaciones sexuales en la sociedad. Así como la homosexualidad es una categoría, la masculinidad también lo es. El problema se suscita porque son, de algún modo, conductas que se niegan unas a otras, se contradicen, se anulan.
Al respecto señalo que como padre de familia me gustaría tener hijos varones, tener nietos y trascender a través del sentido de familia. Me incomoda que se haga toda una campaña de marketing para que la homosexualidad sea una opción tan válida como la masculinidad. Eso no me parece correcto.
Ahora bien, si es correcto, si ustedes consideran que es correcto, entonces, es correcto que quienes defendemos la masculinidad y no queremos que un día llegue un hijo a la casa a presentarnos a su “pololo” como lo más normal de la vida, podamos usar todos nuestros medios a nuestro alcance para discrepar de ustedes y combatir las ideas con ideas.
Hasta donde yo veo, Fernando Villegas no es un poder fáctico, no es un dictador ni está usando fuerza de choque para dar sus opiniones. Está usando conceptos muy robustos para decir lo que dice. Por ejemplo, él dice que la “relación homosexual jamás superará a la heterosexual, porque por último esta está precedida del sentido de la procreación”. Este juicio, es un juicio muy atendible, muy robusto y en nada es despectivo de la condición homosexual.
Yo estaba hace mucho tiempo atravesado con la campaña de sensibilización hacia la aceptación como la cosa más normal elacto homosexual. Fernando Villegas interpreta muy bien mis juicios. Al igual que él creo que la homosexualidad es algo de cada cual, es un acto íntimo, comprensible, pero que se debe vivir en secreto. En estas afirmaciones de Villegas, tampoco veo condenación alguna a la condición homosexual. Lo único que está diciendo es que hay que tener sentido del pudor y manejar con reserva la homosexualidad. De hecho señala que respeta al maricón que vive prudentemente su homosexualidad.
Quiéranlo o no, ustedes sufren una especie de desregulación hormonal, que los lleva a tener sexo de manera desenfrenada. Para seguir sosteniendo esta discusión, hay que ser honestos: ustedes son capaces de tirar con quién se les ponga por delante si les atrae. Yo observo algo demasiado promiscuo en ustedes. Son capaces de que un ejército de cabros los posea.
No es cierto cuando ustedes dicen que mantienen una relación al igual que entre hombre y mujer, y que pareciera que la única diferencia es que son del mismo sexo. Esto no es cierto. Entre ustedes y un potencial penetrador, puede no mediar ninguna relación sentimental, ninguna historia.
Un día van por la calle, tiran los chirolazos, hacen juegos de luces y si hay respuesta, no tienen ningún problema en llevarse al compadre a su departamento o pasar teléfonos para fijar la cita e ir derecho a los hechos. Ningún penetrador entrará en el juego de conquistas para tener el privilegio de tener sexo con ustedes. Ustedes saben que no es así. Basta estar solos en algún lugar para actuar y que los penetren.
El día que ustedes reconozcan este hecho, podrán insertarse mejor en la sociedad. Se les reconocerá su condición, pero tienen que tener claro, que por su gran inestabilidad emocional y sexual, no pueden tomar cargos que son incompatibles con vuestra conducta.
Cuando Villegas, dice que los golpeará, no está diciendo que él saldrá a pegarles por el hecho de que ustedes existen (eso sería homofobia). Está diciendo que si ustedes se pasan de la raya, el no irá a los tribunales, sino que arreglará las cosas como se arreglan las cosas entre hombres. a combo limpio. El dice esto cuando señala que si ustedes pasan a ofensas desmedidas, es decir, dejan el debate intelectual de lado, entonces, no hay otro camino. Si el día de mañana algún jetón le falta el respeto a mi mujer, yo no iré a los tribunales, arreglaré las cosas a combo.
Villegas en ningún caso los ofende cuando dice cómo es la homosexualidad y señala que es una cosa Brutal. Brutal es porque no está mediatizada porla conquista, no está mediatizada por el juego verbal, por llevar flores, regalar chocolates e invitar al cine. Es brutal porque va directamente al juego hedonista de la penetración.
¿Es mentira lo que dice Villegas del mundo de ustedes? Ustedes saben que no.
Podrá haber mujeres hiperardientes, que se pueden acostar con un ejército entero una noche, pero como conducta de género, una mujer no tira los calzones al tiro (como género) y siempre hay una conquista aunque hoy sean más cortas las conquistas.
En el país hay consenso de que los grandes temas son los que se deben discutir: aborto, divorcio, educación, salud, el espacio público, seguridad, minorías sexuales y étnicas, etc, pero
aceptar el hecho de discutirlas no significa aceptar el hecho en sí. Ustedes confunden la carta de navegación con la navegación misma.
Villegas es alguien valiente que no está del lado de ustedes. Yo tampoco.
Yo no los condeno, no los rechazo, podría aceptar en un amigo una transformación gay, podría aceptarla en mí mismo si el destino me llevara a esto, pero tengo claro que no es algo normal, tengo claro que una condición así no puede significar besarse en público, ser director de colegio, adoptar hijos, etc.
Desgraciadamente, la condición de tal, es una condena. La idea es llevarla de la mejor forma, con ética, manteniendo el pudor.
Me parece una falta de respeto que me puedan llegar a la casa, o difundir en el colegio de mis hijos, cuentos para la aceptación gay, publicidad para la invitación al mundo gay. Eso es falta de delicadeza. Es no saber a quién se le puede ofrecer eso. Ahora si yo voy una noche a un centro gay, y uno de ustedes se me tira al dulce, no me puedo hacer el ofendido (esto sería cartuchismo). A lo más le diría, no gracias, pues si fui a ese lugar, se lo que me puedo encontrar.
Espero puedan abrirse a nuestro punto de vista.
Atentamente,
Boris Hiche
22, de abril, 2003