TAMBIEN EN SEPTIEMBRE…

Brindo por nuestros héroes anónimos ¿o creían que sólo los de la historia oficial viven como estrellitas dignas de mencionar?

Por Baltazar

¡Puchas que me gusta aquello de la doña Carrera que bailaba no sé que cosa! Una de las pocas féminas libradas de la censura machista al construir la historia. Aunque claro, resulta obvio recordar que no existe una sola historia. Y conste, que no dije una sola en la historia. ¡Que lata!, ¿no? Pero tranquilos, que ya me animo ¡sólo de pensar en el carrete que se nos viene encima! y el aguinaldo que el Opus me prometió `por trabajarle’ al lavado de cerebro en estas líneas.

La Patria vive en septiembre, en enero, en los dieciocho, en los once, en los diez, en los con causa o sin ella, en tu historia y en la mía, nos abarca. Sin embargo, jugándomelas a valiente quiero brindar por esa otra patria, la de identidad común que nos hermana y las vidas de quienes formaron nuestra historia de mariquitas, bisexuales y lesbianas (aunque los rótulos son sólo para entendernos porque de hecho, ¡me cargan!).

Son miles los que padecieron, acogieron y lucharon por este sueño libertario que nos lanza. Puestos a chicha y chancho -en este mes de la patria-, brindaremos por sus vidas, su legado de historia que es parte de la verdad jamás en colegios enseñada.

La verdad de nuestros hermanos asesinados por la dictadura de Ibáñez, la de quienes vivieron con VIH y ya murieron; también aquellas víctimas asesinadas en el incendio de una disco en el puerto; o los expulsados de instituciones armadas por haber sido `descubiertos’; los consagrados de vida religiosa que por diferentes tienen en Ratzinger a su mejor carcelero; el dolor de quienes se han suicidado por la agresividad del medio en que vivieron; los violados en su cuerpo o mente en nombre de la barbarie machista; los detenidos, golpeados, vejados y abusados al abrigo de las leyes o del poder armado; los manipulados en pos del marketing; la inocencia de quienes balbucean sus primeras palabras y no saben la que les espera; finalmente, la lucha heroica de quienes han sostenido en el tiempo nuestra multicolor bandera.

Es nuestra historia de septiembre y es bueno celebrarla. Tenemos nuestros héroes anónimos, ¿o es que acaso creían que sólo los de la historia oficial viven como estrellitas dignas de mencionar?

Hoy es tiempo de fiesta porque pa´ todos el vino puede alcanzar. ¿Ven?, ¡no se me pongan tristes los del poder añejo! que también por ustedes brindaremos, orando al Dios de Amor libertario que habita en nuestra parte de verdad.

Ojalá que en vuestro cielo de conceptos ningún ser alado les insulte, ni les limite tampoco su identidad; que no los abofeteen, ni rechacen o torturen por centurias; que no los violen en su cuerpo y dignidad; que no les griten pa’ su madre por como se mueven o visten, ni pretendan encarcelar sus seres interiores presionándolos al punto de locura alcanzar. No, ¿cómo pueden imaginar que deseamos ese destino para ustedes?. ¡Valor!, con una barbaridad tal. Antes bien queremos un juicio justo ante el mismo Dios a quien dicen representar.

Queremos para ustedes ni más ni menos que la palabra correcta que sus soberbios oídos jamás soñaron escuchar: que pretendiendo salvar, sólo a pseudo dioses condenadores pudieron llegar. Bueno y de las consecuencias de vuestros actos, ustedes mejor que nadie conocen de legalismos, ¡qué les vamos a enseñar!.

Pero estamos de fiesta y sólo invitamos a recordar que en la patria común pa’ todos vino y perdón no ha de faltar. Así es que córtenla con el `hueveo’ de venirnos a censurar.

VIVA CHILE LIBRE MIERDA!.