*Artículo extraído del sitio MujerxMujer.
Muchas familias encabezadas por los padres heterosexuales piensan que las lesbianas y los homosexuales y sus hijos son un grupo muy diferente a ellos. Es aquí cuando vemos que muchos padres y madres homosexuales junto a sus hijos son a menudo sujetos al prejuicio, esto debido a su orientación sexual. La mayor parte de las personas se vuelven jueces, legisladores y el público en general se vuelve contra ellos, lo cual lleva a producir frecuentemente resultados negativos como la pérdida de custodia, restricciones a la hora de la visita, y prohibiciones contra la adopción (Falk, 1989; Editores de la Harvard Ley Revisión, 1990).
Las lesbianas y los homosexuales actualmente están siendo estigmatizados, ya que las creencias generalmente sobre estos no son basados en la experiencia personal de cada quien, sino que son transmitidos culturalmente (Herek, 1991). Si bien algunos registros oficiales de pleitos del caso entre los padres de niños de homosexuales y lesbianas empezaron a aparecer en la literatura psiquiátrica en los años 70s (por ejemplo, Osman, 1972; Semanas, Derdeyn, & Langman, 1975) y han continuado apareciendo (por ejemplo, Agbayewa, 1984), las investigaciones hechas sobre padres homosexuales o lesbianas no se comenzaron a hacer públicas en periódicos profesionales hasta 1978. La mayoría de las investigaciones disponibles se han publicado más recientemente.
Una creencia que a menudo se hace a la hora de tomar la decisión judicial sobre la litigación de custodia y la adopción, nos dicen que es un aspecto de la vida donde no hay cabida para las lesbianas y los homosexuales, ya que estos no pueden ser padres elegidos, si bien, en algunas cortes a algunos jueces se refieren a los homosexuales y las lesbianas como personas que están mentalmente enfermas, estos piensan que las lesbianas son menos maternales que las mujeres heterosexuales. También dicen que por el hecho de tener una relación con su pareja descuidan a sus hijos dedicándoles poco tiempo y menos interacciones con ´wl. (Editores de la Harvard Ley Revisión, 1990). Los resultados de las investigaciones hechas hasta la fecha no han confirmado cualquiera de estas creencias (Falk, 1989, 1994; Patterson, 1994b, 1995b, 1996).
Los psiquiatras, psicológicos, y los trabajadores sociales no consideran que la orientación homosexual sea un desorden mental. Hace más de 20 años, la Asociación Psiquiátrica Americana quitó “la homosexualidad” de su lista de des ó rdenes mentales, declarando que por “homosexualidad no implica el deterioro en el juicio, estabilidad, fiabilidad, o general las capacidades sociales o profesionales “ . En 1975, Asociación de Psicología Americana instó además a todos los profesionales de salud mental que ayudaran a dispersar el estigma de enfermedad mental que había sido por mucho tiempo asociado con la orientación homosexual, mientras la Asociación Nacional de Asistentes Sociales tiene una política similar desde 1994.
La decisión de quitar la orientación homosexual de la lista de desórdenes mentales refleja los resultados de investigaciones extensas, por más de tres décadas, donde la exhibición de la orientación homosexual no es un desequilibrio psicológico (Gonsiorek, 1991; Reiss, 1980; el Venado, Roback, Tittler, Weitz, Walston, & McKee, 1978). Las circunstancias sociales en que viven las lesbianas y los homosexuales, incluso la exposición al prejuicio y la discriminación, a menudo es causa de dolor, pero no hay ninguna evidencia fiable que la orientación homosexual cause daños en el funcionando psicológico del individuo (el Liberto, 1971; Gonsiorek, 1991; el al de et de Venado., 1978; la prostituta, 1957; Reiss, 1980).
Las creencias de que las lesbianas y los homosexuales no son padres con una buena salud mental no tienen ninguna fundación empírica (Cramer, 1986; Falk, 1989; Gibbs, 1988; Patterson, 1996). No se han encontrado diferencias entre las lesbianas y mujeres heterosexuales a la hora de tener un acercamiento en la crianza del niño (Kweskin & Cook, 1982; Lyons, 1983; Molinero, Jacobsen, & Bigner, 1981; Mucklow & Phelan, 1979; Pagelow, 1980; Rand, Graham, & Rawlings, 1982; Thompson, McCandless, & Strickland, 1971), ni el tener relaciones lésbicas románticas y sexuales. Tampoco se ha encontrado causa alguna o situación que disminuya su capacidad para la educación y el amor que se le brinda a un hijo (Pagelow, 1980). Por otra parte Barret & Robinson, 1990; Bigner y Bozett, 1990; Bozett, 1980, 1989 nos dicen que tampoco se ha encontrado ninguna razón para que los homosexuales puedan tener y dar una mayor o menor buena crianza a los hijos y que son perfectamente capaces como cualquier persona heterosexual.
¿ Un ni ñ o puede ser feliz si tiene padres homosexuales?
Hay diversas preocupaciones al tener un hijo con padres homosexuales o lesbianas. Dentro de esas preocupaciones destaca el supuesto daño al desarrollo de la identidad sexual o al desarrollo personal del niño. Algunas cortes han expresado su temor porque consideran que los niños serán más vulnerables al deterioro mental, exhibiendo más dificultades de ajuste y problemas de conducta y que, en consecuencia, no serán tan saludables psicológicamente como los niños que crecen en casas con los padres heterosexuales.
Otra supuesta dificultad mencionada es que el niño con padres y madres homosexuales o lesbianas experimentan problemas de socialización (Ed. Harvard Ley Revisión, 1990; Falk, 1989; el Hitchens & Kirkpatrick, 1985). Sin embargo, no hay nada que demuestre esos problemas. Por el contrario existen estudios que comprueban que los niños con padres homosexuales son iguales que cualquier niño con padres heterosexuales. No debemos dejarnos llevar por estigmas o presiones sociales, hay que ver las cosas a fondo, nadie puede decir quien va a ser un buen padre o no, solo Dios está para juzgar, y El no lo hace, al contrario nos dio la sabiduría para poder elegir.