“La creciente homofobia que producen los actos de los grupos gais comunitaristas es justificada por los mismos diciendo que en realidad la intolerancia ya existía y que ellos sólo la sacan a la luz. Es lo que se llama estrategia victimista”
*Por Miguel Ángel Sánchez
Posiblemente el mundo se mueva hoy alrededor de la irreflexión y la imagen, pero para una organización que pretenda influir en la sociedad, no reflexionar sobre sus actos y consecuencias sería un acto de irresponsabilidad. Es por ello que se presenta este escrito.
Las estrategias del movimiento gay y lésbico, muy diversas y desordenadas, pueden agruparse en dos conjuntos que dan lugar a dos modelos sociales: el pluralismo y el comunitarismo.
El pluralismo se inspira en el principio universal de igualdad social : todas las personas, independientemente de las características sociales que las distingan, deben ser igualmente tratadas legal y socialmente; hombres y mujeres, negros y blancos, de izquierdas y de derechas, homo y heterosexuales, etc. El comunitarismo , en cambio, busca la diferencia social y un trato diferenciado.
En cuanto a su atención hacia el individuo, ambos modelos se comportan de forma opuesta. En el pluralismo se potencia la diversidad, sus distintas opiniones políticas y morales, su imagen, sus sentimientos. En el comunitarismo se pretende que todos sus miembros voten a los mismos partidos, tengan la misma religión, vistan de la misma forma. En definitiva, que sean uniformes entre sí, silenciando pensamientos y actitudes diferentes.
Aquello que cada modelo considera más importante es para los unos la pluralidad , porque en este modelo se hace mucho hincapié en que la personalidad está compuesta por muchas características sin que ninguna de ellas anule a las demás; para los otros, ser gay o lesbiana ya que para el comunistarismo la característica fundamental del ser humano es su orientación sexual, por encima de ser hombre o mujer, pacifista o guerrero, triste o alegre, fascista o anarquista.
En el comunitarismo se crea una sociedad formada por pequeños grupos separados y aglutinados, fomentando el desarrollo propio sin prestar demasiada importancia al resto de las comunidades. En el pluralismo , en cambio, las personas están muy mezcladas unas con otras y se crea un sentimiento ciudadano de querer mejorar la sociedad al completo
En el modelo comunitarista , que es el tema que nos concierne, se utilizan estrategias para crear subculturas de apoyo, las cuales se definen por oposición y competencia a quienes le son ajenos. En consecuencia, la homofobia reside en los heterosexuales como categoría, a veces incluso se afirma que en todos los heterosexuales, fomentándose el sentimiento de que ellos nunca cambiarán.
Normalmente las actividades de los comunitaristas van acompañadas de cierta crispación, provocación e intolerancia hacia el diálogo. La creciente homofobia que producen sus actos la justifican diciendo que en realidad ya existía y que ellos sólo la sacan a la luz. Es lo que se llama la “estrategia victimista”, la cual es causante de que sus componentes no asimilen bien el progreso de la sociedad, negándolo o incluso contribuyendo a su freno.
Este modelo se caracteriza además por fanatismos que se concretan en el manipulado sentimiento de orgullo. Tras una batalla consigo mismo y el resto de la sociedad, numerosas personas “salen del armario” y llegan a sentirse orgullosas de concretar ese proceso, complejo y esforzado. Para los agentes del comunitarismo ese sentimiento es tremendamente útil, pues es reconvertido en orgullo de ser gay o lesbiana para reafirmar la identidad propia de la comunidad.
Una vez definido el enemigo y hacer necesaria la lucha contra él, se ve claro que las organizaciones comunitaristas necesitan de muchas personas y muy radicalizadas puesto que no pretenden convencer sino imponer sus ideas. Por tanto, valoran sus éxitos en el número de personas convocadas o la cantidad de millones manejados en vez de la influencia social real que hayan podido tener. Por ejemplo se consideró un éxito la manifestación del millón de gais a pesar de que sus peticiones al gobierno USA en el ámbito militar se convirtieron en un ridículo “puedes serlo pero no decirlo”.
En síntesis, la mayoría de los enfrentamientos producidos en la sociedad están originados en unos procesos de odio basados en los principios de la diferencia, la exclusión y la defensa contra el enemigo creado, como lo hace el comunitarismo. Por tanto, las estrategias que ese modelo utiliza tienen una serie de consecuencias inadmisibles para una organización progresista, primero por la falta de eficacia y segundo por el enfrentamiento que puede generar en la sociedad.
La falta de eficacia es producida porque la comunidad no subsiste sin discriminación y en un intento de supervivencia es el propio comunitarismo el que se encuentra en su salsa en la discriminación imposibilitando paradójicamente su eliminación
Desde el pluralismo, y como ciudadanos preocupados por la sociedad en su conjunto, no debemos en definitiva admitir que se siembren las semillas del odio del comunitarismo ni de ningún modelo social con esos fines.
*Presidente Fundación Triángulo de España.