INEDITO: ESTUDIANTES DE PSICOLOGIA SE ENFRENTAN A LAS TERAPIAS REPARATIVAS DE LA HOMOSEXUALIDAD EN CHILE

Al menos ocho carreras de psicología de diversas universidades se manifestaron contra el Colegio de Psicólogos por carecer de una postura clara frente a las terapias reparativas de la homosexualidad. Cientos de estudiantes y activistas de derechos humanos salieron a las calles y exigieron la renuncia de la directiva del gremio.

Por Catalina Herrera

27 de agosto, 2010 (Opusgay.cl).- La homosexualidad no es una enfermedad y toda terapia reparativa de la orientación sexual daña la dignidad de las personas, por tanto debe ser repudiada.

Así lo han dicho la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Americana de Psiquiatría y la Asociación Americana de Psicología, entre otras instancias.

También, y tras una activa campaña del Movilh, también lo dijo tardíamente el 2008 el Colegio de Psicólogos de Chile, pero meses más tarde el nuevo presidente del gremio, Leonardo Villarroel, dio un giro y valoró que instituciones como la Universidad de los Andes promovieran las terapias de la homosexualidad, contraviniendo así su propio Código de Ética, cuyo primer artículo garantiza la no discriminación hacia la diversidad sexual.

“Valoro que la Universidad de los Andes sea lo que dice ser”, dijo Villarroel el 21 de junio del 2009 al diario La Nación cuando fue consultado por la promoción de las polémicas terapias en dicha casa de estudios.

Añadió que “todo el que ingresa a estudiar en ella (la Universidad de los Andes) supongo, aspira a proyectarse como profesional imbuido en los principios propios de la prelatura Opus Dei”.

La declaración fue repudiada al instante por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), pero el Colegio de Psicólogos hasta ahora no ha querido pronunciarse contra aquellas instituciones o profesionales que promueven las terapias y sólo se limitó a señalar, en una declaración pública del pasado 27 de julio, que los dichos de Villarroel fueron “a título personal”.

El Colegio, sin embargo, nunca previó que la polémica sensibilizaría a los estudiantes de psicología de diversas universidades que desde el pasado 21 de junio se organizaron en forma inédita para ir defensa de los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, llegando a coordinar contra las terapias reparativas a unas ocho casas de estudios superiores y a una veintena de colectivos sociales, tanto nacionales, como internacionales.

En medio de diversas reuniones y coloquios celebrados en tres universidades, la Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP) se fijó dos metas: conseguir la renuncia del Colegio de Psicólogos y erradicar las terapias reparativas de la homosexualidad de todo el país.

“Nos hemos organizado desde OCEP porque consideramos de fundamental importancia el respeto a los Derechos Humanos, y son estos los principios violentados con la promoción de estas campañas, prácticas y “terapias””, señaló el estudiante de quinto año de psicología de la Universidad Alberto Hurtado y coordinador general de la OCEP, Yori Aguirre González (24).

Consciente de que “la histórica violencia a las personas homosexuales, transexuales, bisexuales y a la diversidad sexual es un hecho diario y que la psicología no puede ser cómplice de este abuso”, la OCEP marchó, protestó y se movilizó hoy contra el Colegio, logrando que ocho universidades se sumaran a la inédita concentración lo que a juicio de la activista del Movilh, Sofía Velásquez, “quedará registrado en la historia de la lucha por nuestros derechos”.

LA MANIFESTACION

Poco a poco fueron llegando al Metro Parque Bustamante decenas de estudiantes y activistas del Movilh, de la Organización de Transexuales por la Dignidad de la Diversidad (OTD) y del Movimiento por la Diversidad Sexual (Mums).

Desde ahí, y cuando sumaron unas trescientas personas, todas y todos marcharon varias cuadras hacia el Colegio Psicólogos, ubicado en Ricardo Matte Pérez 492, Providencia.

En medio de consigas del tipo “respetar, respetar a la diversidad sexual” y portando carteles donde se invitaba a “una sexualidad libre de prejuicios” y se exigía un “Colegio de Psicólogos sin homofobia”, los manifestantes pegaron en el frontis de la sede del gremio diversos afiches para expresar su repudio.

Como era de esperarse, nadie del Colegio de Psicólogos los atendió, pero la OCEP no echó pie atrás y optó por instalar en el frontis de la sede la carta donde exigía la renuncia de toda la directiva del gremio

.”Esta terrible práctica de las terapias reparativas que se despliega en nombre de la psicología no se circunscribe sólo a nuestra carrera, sino que atraviesa la problemática educativa, la violencia a los derechos humanos, la mercantilización de toda la vida y de la diversidad sexual. Muy cerca está la violencia a los pueblos mapuches, que nos hablan directamente de los derechos humanos. Estos temas y otros nos interpelan a promover una psicología comprometida con la sociedad y su transformación”, enfatiza Aguirre.

Un énfasis y una advertencia que fue compartida por las carreras de psicología de las universidades de Chile, de Santiago y Alberto Hurtado, que hoy pararon sus actividades, y por la Diego Portales, la Autónoma, la Academia de Humanismo Cristiano, la Católica Raúl Silva Henríquez y la Arcis, cuyos estudiantes en esta jornada efectuaron movilizaciones al interior de sus respectivas casas de estudios.

Suma y sigue: la inédita coordinación de la OCEP contra las terapias reparativas contó también con el respaldo de Afirmación Chile, de la Agrupación de Amigos y Familiares de la Comunidad Gay (AFAG), de la Agrupación de Familiares de Pacientes Psiquiátricos (Afaps), de Amnistía Internacional, de Ancho Camino, de Asical, de Chile Gay Deportes, del Centro de Estudios de Contrapsicología, del Colectivo Ecuménico Trekán, del Colectivo Feminista Las Sueltas, de la Coporación Chilena de Estudios Históricos, de la Federación Chilena de la Diversidad Sexual (Fedisech), del Grupo de Apoyos a Hombres Trans (GAHT), de IGLHRC, de la ILGA y de Radio Mitos, entre otros.

APLAUSOS PARA OCEP

El Movilh se declara “completamente agradecido” de las movilizaciones de la OCEP y “de cada uno de sus integrantes. Estos jóvenes están haciendo un aporte sin precedentes para la igualdad de derechos en un campo de gran sensibilidad para la calidad de vida de las personas, como es la psicología”.

“Este proceso tiene dos lecturas: por un lado la indignación y el malestar que provoca la conducta del Colegio de Psicólogos, y por otro, la alegría y el ánimo que da la movilización de estudiantes contra estas injusticias. Podemos decir entonces que ya no sólo somos las minorías sexuales las que luchamos por nuestros derechos, pues ya hay sectores sociales dispuestos a acompañar esta causa”, añade Velásquez, cuya organización junto a la Cuds habían sido las únicas que hasta ahora se habían pronunciado contra las terapias reparativas y contra todas las instituciones y profesionales que las promueven.

A juicio de Aguirre, este cambio se ha producido porque “hoy la información ha podido llegar a muchos estudiantes, y estos han podido debatir y construir propuestas. Además, creemos que el trabajo colectivo, abierto y productivo entre organizaciones de diversidad sexual y la psicología estudiantil organizada ha tenido un impacto directo”.

Al mismo tiempo el dirigente estudiantil puntualiza y adelanta que “las denuncias, movilizaciones y acciones no se detendrán hasta que la directiva nacional renuncie, y emplazamos a las instituciones de la psicología a que se pronuncien contra estas prácticas que violentan a las personas y a sus derechos fundamentales”.

LAS POLEMICAS TERAPIAS

Las terapias reparativas consideran a la homosexualidad como una enfermedad que debe ser curada. Para ello, los profesionales que las promueven han recurrido históricamente a diversos procedimientos.

Principalmente en el pasado, uno de esos procedimientos era el electroshock, consistente en descargas eléctricas a personas homosexuales cuando veían imágenes eróticas de personas de su mismo sexo. Otros han sido la administración de inyecciones para que las personas vomitaran al ver a alguien de su mismo sexo o la obligación a masturbarse con el sexo opuesto.

También ha habido desastrosos intentos por administrar hormonas o fármacos o pastillas para disminuir el apetito sexual, a lo que se sumó también el psicoanálisis o las cirugías cerebrales.

En la actualidad el método más usado es la presión psicológica al paciente mediante la transmisión de la falsa idea de que puede cambiar su orientación sexual y, al igual que todos los otros procedimientos, este se cruza con visiones religiosas o ideológicas sobre lo que significa ser lesbiana, gay, bisexual o transexual.

Al respecto, y luego de sacar en 1973 a la homosexualidad del manual de trastornos mentales, la Asociación Americana de Psiquiatría advirtió en mayo del 2000 que “no hay evidencia científica que apoye la eficacia de la terapia ‘reparativa’ para alterar la condición sexual, por lo que no está incluida como tratamiento psiquiátrico Los riesgos potenciales de la terapia reparativa son grandes, incluyendo depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo”.

Por su lado la Asociación Americana de Psicología, la cual declaró en 1975 que la homosexualidad no constituye una patología, condenó en agosto del 2009 por 125 votos a favor y cuatro en contra las terapias reparativas.

“Los profesionales pueden ayudar a los pacientes a través de terapias que no intenten cambiar la orientación sexual, sino que impliquen la aceptación, el apoyo y la exploración y desarrollo de su identidad, sin imponer resultados sobre una identidad específica “, señaló la asociación.

Al mismo tiempo advirtió que la fe religiosa no puede ser una excusa para validar las terapias reparativas. Por el contrario, señala la Asociación, la fe y la psicología no tienen porque ser opuestos y bien pueden integrarse, aunque siempre respetando cada una de ellas los derechos humanos.

Si bien es cierto con anterioridad la Asociación Americana de Psicología se había pronunciado contras las terapias reparativas, su pronunciamiento del 2009 es particularmente importante, pues se basó en una investigación de dos años que involucró a 150 mil miembros y en el análisis de 83 estudios sobre el cambio de orientación sexual desde 1960.

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