Dueño de la Divine habla por primera vez con la prensa y entrega nuevos e impactantes antecedentes
A días de que el Movilh diera a conocer nuevos antecedentes sobre el incendio de la Divine, surgieron otros inéditos e impactantes datos proporcionados por el dueño de la discoteca, Nelson Arellano, que alimentan la hipótesis de un atentado. Ello, en contraposición a los informes oficiales que atribuyeron el siniestro a un desperfecto eléctrico. Las versiones de Arellano son, sin embargo, cuestionadas por un testigo para quien es responsabilidad de ese empresario el siniestro que dejó casi una veintena de muertos en 1993.
Por Alberto Roa

“Yo era el dueño de la Divine y jamás, hasta ahora, algún periodista me había entrevistado. Mucho se ha escrito sobre el incendio de mi local. Algunos han ganado premios con crónicas sobre el siniestro y otros han levantado mitos de cosas que supuestamente dije, pero nadie me ha consultado algo”, sentencia Nelson Arellano antes de entregar nuevos datos sobre el desastre que el 4 septiembre de 1993 destruyó su discoteca dejando casi una veintena de personas muertas.
El empresario reafirma que efectivamente existe un sospechoso de incendiar la discoteca apodado el “vietnamita”, el cual jamás fue apresado por la justicia y las fuerzas policiales a pesar de haber sido visto por testigos portando un tarro de bencina en el frontis de la discoteca la noche de la tragedia, según lo denunció el mes anterior un informe del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).
Reproduciendo un pre-informe de carabineros, el estudio “Movilh-Divine: la justicia que merecen las víctimas” indicó que el “vietnamita se trataría de un taxista, ex combatiente de la guerra de Vietnam de unos 50 años de edad, aproximadamente, pelo cano largo atado a una especie de cola, bigote blanco, el cual tendría su domicilio en el cerro Arrayán de esta ciudad en donde además tiempo atrás habría sido presidente de la Junta de Vecinos”.
Según el mismo estudio, el sospechoso se trasladó luego al sur del país, donde se le perdió la pista, mientras el juez de la causa, Jorge Gándara, cerró dos días después de ese pre-informe el caso, exactamente el 23 de marzo de 1994.
El dueño de la Divine agrega a esos datos, otros impactantes antecedentes, como que el “vietnamita” viajó posteriormente a Buenos Aires, volviendo en 1995 a Valparaíso, donde se jactó de “quemar la discoteca”.
“En una tomatera con una persona que conocía, el vietnamita se jactó de haber quemado a los maricones. Le pedí a esa persona que averiguara donde vivía el “vietnamita”, pero a los dos días de entregarme ese dato, apareció muerto. Lo acuchillaron en el cerro Barón”, relata Arellano.
El empresario no descarta la posibilidad de que el testigo fuera asesinado por comentar la conversación sostenida con el “vietnamita”, aunque aclara que carece de las pruebas necesarias para llegar a una conclusión fehaciente sobre una materia tan grave.
Para el presidente del Movilh, Rolando Jiménez, ” lo más dramático de esta situación es que no ha existido ningún esfuerzo de la policía por interrogar al “vietnamita”, aún cuando al parecer ese es un personaje conocido en el puerto. Este mes me entrevisté con la Corporación de Asistencia Judicial de Valparaíso y me dijeron que el sospechoso aún vive en los cerros del puerto y que es muy fácil para las autoridades dar con su paradero”.
Arellano denuncia también que fue presionado en diversas oportunidades para sostener que el incendio se produjo por un desperfecto eléctrico .”Cuando me llamó el liquidador de seguros me dijo “mire usted no puede alegar que no es cortocircuito, porque nosotros encontramos un pedazo de alambre donde se produjo el corto circuito y está fundido a mil grados de temperatura”. Yo le pregunté ´¿huevón, como vas a encontrar un pedazo de alambre en tres pisos derrumbados´?”
“UNA PUERTA DESAPARECIO”

La Divine funcionaba en un edificio de tres pisos ubicado en la calle Chacabuco 2687. La discoteca utilizaba sólo el segundo y el tercer piso y, según los testigos que adhieren a la tesis del atentado, la noche del 4 de septiembre de 1993 y como a las tres de la madrugada, fue lanzado un artefacto incendiario en las puertas del primer piso.
A juicio de Arellano uno de los aspectos que impide la comprobación de esa hipótesis se relaciona con el extraño desaparecimiento de una de las puertas de entrada, elemento clave para determinar si fue lanzada o no una bomba.
“La puerta de entrada contaba con dos alas y una desapareció, al otro día del incendio ya no estaba. Me parece extraño que en los peritajes hubieran encontrado un trozo de alambre, con el cual se argumentó que el siniestro fue causa de un desperfecto eléctrico, y no encontrarán una puerta de aproximadamente dos metros de largo por 50 centímetros de ancho. Nunca supe quien se llevó esa puerta. Le pedí al juez, a bomberos y carabineros que investigaran ese hecho, pero nada pasó. Yo tengo el video donde justamente la puerta no está “, denuncia Arellano.
Otros de los aspectos jamás investigados por la justicia, según Arellano, se relacionan con el seguro del edificio incendiado. El dueño de la Divine sólo arrendaba el recinto, mientras el verdadero propietario “había comprado el inmueble dos meses atrás del siniestro en unos 30 millones y lo aseguró en más de 100 millones, cobrando luego el seguro. El señor Lagomarsino, un empresario de la zona, además ya contaba con antecedentes de incendios en otros locales suyos, como panaderías. Aún así, no fue investigado”, indica Arellano.
“Todo el mundo apoyó la cobranza del seguro efectuada por Lagomarsino. Nadie me escuchó. Sólo querían que dijera que había habido un cortocircuito, pero dije que no. El cobró el seguro y por eso inmediatamente se construyó ese espacio”, detalla.
Aunque Arellano, en conjunto con otras personas y algunas organizaciones, insisten en la hipótesis del atentado, otras versiones responsabilizan directamente al propietario de la discoteque por el siniestro, acusándolo de no haber equipado el recinto con elementos eléctricos de calidad y seguridad mínimos.
Sobre la materia, el presidente del Movilh, Rolando Jiménez, aclara que “como organización no adherimos a la tesis del atentado ni a la del desperfecto eléctrico como causa del incendio de la Divine, pues no contamos con elementos necesarios para sostener una u otra idea. Lo que nosotros estamos denunciando es que durante las investigaciones se cometieron violaciones contra los derechos humanos contra los testigos y familiares de las víctimas, no se agotaron todas las diligencias (por ejemplo respecto al “vietnamita”) y tampoco se dictaron sanciones por el siniestro”.
“NELSON ES DE TEMER”
Carlos, quien mantiene su verdadero nombre en anonimato, tenía 24 años al momento de incendiarse la Divine. Como cualquier noche de fiesta, el joven se juntó con siete amigos en la disco gay del puerto. Sin embargo, al finalizar la jornada, Carlos había perdido cuatro amigos y fue afectado con graves quemaduras en su cara, problemas de cadera y fractura de costillas.
Las lesiones psicológicas aún perduran, al punto que en cada salida a una discoteca la primera preocupación de Carlos es ubicar la salida de emergencia. ” Con espanto verificó que la mayoría de los locales tienen malas instalaciones. Si se produjera un incendio o un terremoto en la discoteca Naxos de Santiago, por ejemplo, nadie o pocos saldrían vivos”. pues está ubicada en un subterráneo, comenta.
A nueve años de la tragedia en Valparaíso, Carlos afirma que su “bronca” es contra el dueño de la Divine porque, a su juicio, el local tenía malas instalaciones eléctricas, no contaba con una salida de escape habilitada y además estaba adornado con elementos altamente inflamables.
“No tengo ni las pruebas, ni la sospecha de que el incendio se produjo por un atentado. Me convence más el hecho de que el siniestro se produjo por negligencia de los dueño”, señala.
Sostiene que en la Divine “no había salida de escape como tal. Lo que había era una escalera que daba hacia la calle, la cual no tenía iluminación de emergencia, ni carteles que indicaran una salida. Era una boca de lobo”.
Denuncia que Arellano había cambiado días antes de la tragedia la instalación eléctrica desde el segundo al primer piso, además de remodelar el recinto con alfombras pegadas con neoprén.
“Bastaba una sobrecarga o una chispa eléctrica para expandir el incendio que llegó hasta el segundo piso por el hecho de que la escala estaba impregnadísima de neoprén, con mallas ordinarias en el techo y con alfombra en las escalas, en las paredes y en el techo. O sea eso era un foco inflamable al máximo”, agrega.
Carlos asegura que prefiere mantener en reserva su identidad porque “le tengo cierto respeto y un poco de miedo a Nelson. El es una persona a la cual temer, no sé ahora, pero en aquel entonces era muy violento. Cuando se inauguró una discoteque de Viña del Mar, él amenazó de muerte a los dueños”.
Arellano se defiende aclarando que tras el incendio se han inventado muchas cosas sobre él para responsabilizarlo .”Una persona que prestó declaración dijo incluso que yo tenía alambres de púa electrificados en las entradas y eso, obviamente, no es ni puede ser cierto. Otros llegaron a decir que Fernando Ubiergo y Juan Antonio Labra estaban dentro de la discoteque. Esos falsos comentarios repercutieron en mi salida de Valparaíso. Ya estaba enfermo de ver toda esa gente que habló por hablar “, comenta Arellano desde Concepción.
MAL RECUERDO

Según informes oficiales, al momento de ocurrir el incendio había unas 60 personas en la Divine, 14 de las cuales eran empleados de la discoteca. Luego de iniciado el espectáculo de costumbre, los asistentes vieron humo y fuego desde la escalera de la entrada principal.
Algunas personas llegaron a pensar que las llamas serían extinguidas rápidamente y la mayor preocupación de muchos fue retirar sus vestimentas de guardarropía antes que llegaran las autoridades.
“Con un amigos fuimos a sacar nuestras cosas a guardarropía, porque pensamos que tras apagarse el incendio llegarían los carabineros. Sin embargo, en cosa de segundos, el guardarropía se estaba incendiando. Me devolví nuevamente al centro de la discoteque y ahí se cortó la luz. Habrán pasado dos o tres minutos desde el inicio de las llamas cuando se apagó la luz. El fuego se extendió rápidamente y las personas comenzaron a gritar y correr. La gente del escenario arrancó hacia el camarín”, recuerda Carlos con profundo dolor.
En busca de una salida, los asistentes corrieron de un lugar a otro y al ver repletos los posibles escapes, muchos saltaron desde el segundo piso para salvar la vida que algunos ya estaban perdiendo. La comerciante ambulante, Hilda Lovera Paredes, relata en el expediente que ” cerca de las 3:30 horas, escuché que desde los balcones del segundo piso había gente que gritaba pidiendo auxilio y observé a personas lanzándose hacia la calle”.
Hasta la fecha no existe coincidencia respecto al número de personas que fallecieron. Testigos han reportado 16, 18 y hasta 23 víctimas fatales, sin embargo, nadie maneja las cifras exactas precisamente porque los informes oficiales tampoco han sido categóricos al respecto.
Lo concreto es que en el expediente aparecen identificados 16 cuerpos, entre personas homosexuales y heterosexuales, que perdieron sus sueños en una noche negra y aún llena de interrogantes. Sus nombres: Carlos Araya, Víctor Santander, Oscar Holtz, Julián Domínguez, Gabriel Martínez, Hugo Beltrán, Andrés Agüero, Mauricio Herrán, Jorge Valverde, Tomás Osorio, Patricio Vásquez, Sergio Requena, Luis Rodríguez, Francisco Llantén, Juan Tapia y Hans San Martín.
Posterior al siniestro se desató una ola represiva en contra de los testigos y familiares de las víctimas por parte de las fuerzas policiales, elemento que cuenta con pruebas en el expediente del caso. Un ejemplo son los testigos J.L.C.V y J.A.P.F, quienes debieron ser trasladados de urgencia a la posta del Hospital Van Buren, donde se les diagnosticó lesiones y hematomas en el tórax y el cráneo producto de un golpiza policial.
El juez del Séptimo Juzgado del Crimen de Valparaíso, Jorge Gándara, centró, por su lado, gran parte de sus interrogatorios en la orientación sexual de las víctimas, lo cual incomodó a los familiares y testigos, según se explicita en el mismo expediente.
Ninguna de esas anomalías fueron investigadas, y menos sus responsables sancionados, lo cual ha desatado una fuerte ofensiva por parte del movimiento homosexual chileno.
LA ESPERA…
Desde hace unos tres años que el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (Mums) viaja cada 4 de septiembre a Valparaíso para rendir homenajes a las víctimas y ha demandado en reiteradas ocasiones, a través de la prensa, la reapertura del caso, contribuyendo con esas acciones a mantener vivo el recuerdo.
Fue sólo este mes, sin embargo, cuando se pidió oficialmente la reapertura ante la Corte Suprema y el Quinto Juzgado del Crimen, gracias a nuevos antecedentes recopilados por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). ” Sin nuevos datos o sin un documento sólido hubiéramos hecho sólo un saludo a la bandera, pues es un requisito legal para la reapertura una argumentación consistente “, señala el dirigente del Movilh, Juan Hernández.
“Luego de revisar el expediente y conversar con periodistas que cubrieron el hecho y con algunos familiares y amigos de las víctimas, pensamos en derivar los antecedentes a algún organismo internacional. Sin embargo, debido a que nunca se había pedido la reapertura ante las autoridades correspondientes, los abogados nos aclararon que no podíamos pedir el auxilio internacional sin antes agotar todas las diligencias en Chile, las cuales por cierto son muchas y complejas. Y bueno, en ese estamos ahora “, agrega.
A juicio del Movilh, más importante que aclarar si el incendio se produjo por un atentado o una falla eléctrica, lo cierto es en uno u otro caso debe haber responsables y también sanciones contra quienes violentaron los derechos humanos de los testigos .”Mientras eso no ocurra, no descansaremos”, puntualizó Hernández.