Con fuertes críticas al movimiento LGTB
17 de enero, 2007 (OpusGay.cl)- Las Otras Familias, agrupación que aglutina a madres lesbianas, anunció su disolución debido a razones “personales y externas” que volvían inviable la continuidad de la institución.
Creada a raíz del fallo que el 31 de mayo del 2004 quitó la tuición de sus tres hijas a la jueza Karen Atala, la presidenta del grupo y pareja de la magistrada, la historiadora Emma de Ramón, sostuvo que “mantener la organización en pie sería muestra de un innecesario voluntarismo y exigiría tanto a mí como al resto de las compañeras involucradas, renuncias que en este momento, no estamos dispuestas a hacer”.
Dichas renuncias, tienen relación con “la rutina, las pequeñas alegrías de cada día, y los proyectos que han ido ocupando los tiempos que se entregaban con pasión a la lucha por la justicia” y que se han traducido en la “ganancia de espacios que nos consuelan”.
En un plano más externo, De Ramón sostiene que el grupo fue disuelto debido al “personalismo” y oportunismo económicos “de un movimiento de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGBT), cuyos dirigentes y dirigentas anteponen los intereses de toda nuestra comunidad por sobre sus legítimos intereses personales”.
“Los personalismos, los egos, las necesidades de financiamiento, las exigencias que esos financiamientos hacen a los protagonismos de los dirigentes que los obtienen, hacen que las financieras controlen las ideas y no viceversa”, criticó De Ramón, quien cuenta entre sus principales aportes la lucha por la igualdad a la defensa de los derechos de las madres lesbianas
Junto que aclarar que “tenemos el mayor de los respetos hacia todas estas organizaciones y hacia todos sus dirigentes” sostuvo que “somos críticas en el sentido que esos esfuerzos no les permiten actuar con toda la libertad y la creatividad que las agendas y particulares circunstancias políticas de nuestro país nos exigen hoy”.
“Tal vez el ideal sería que los dirigentes de nuestros grupos LGTB vivieran de otra actividad, no del trabajo político, con todas las dificultades y renuncias personales que esto implica. Pero lo cierto es que, bien o mal, las cosas están como están y que esta circunstancia hace muy difícil la unidad de los movimientos LGTB en Chile y de ello resulta la dispersión de todos los anhelos en mil fracciones que demandan desde su propia realidad mil reivindicaciones olvidando que en la base de todo está la profunda y sistemática discriminación que, con mayor o menor violencia, se manifiesta en contra de las personas de nuestra comunidad”.
Al enterarse de la decisión, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) “lamentó la partida, pues deja un vacío en la lucha de las minorías sexuales”.
La activista del Movilh, Mabel Larraín, añadió que “además compartimos mucha de las críticas al movimiento, pues efectivamente hay personas y grupos que han transformado la lucha la defensa de nuestros derechos en un fuente de trabajo y eso se ha puesto por sobre el principio de la no discriminación”.
Más aún, “en algunos casos, y esto lo hemos denunciado incluso ante la Contraloría General de la República, se ha visto como algunos sectores, los mismos que se han llevado casi el 90 por ciento de los fondos nacionales e internacionales para la lucha contra la transfobia u homofobia, no solo son lo que presentan menor actividad, sino que no además han abusado de ilegales asignaciones directas de fondos”.
Tan dramática fue la situación, en especial desde 1998 al 2005, que el Movilh consiguió que los mecanismos de asignación de fondos estatales para programas de salud en minorías sexuales, fueran perfeccionados y modificados por el Estado a través de rigurosas exigencias e implementación de nuevas medidas para prevenir los abusos.
“Sin embargo, hemos visto que estos a abusos siguen ocurriendo bajo otras formas, y por lo mismo estamos analizando la viabilidad de preparar una segunda investigación, más profunda, cuyos datos entregaremos nuevamente a la Contraloría y a las autoridades”, puntualizó.