COLORES DEL CIRCO TIMOTEO SIGUEN BRILLANDO TRAS MUERTE DE UNA DE SUS PRINCIPALES FIGURAS

Pese al fallecimiento de Fabiola del Luján, personaje clásico en la historia del transformismo criollo, el legendario y querido Circo Timoteo se arma de fuerzas para no suspender sus funciones. Saben que su amor y pasión es el circo. A sus 38 años, dicen que nada los detendrá. Menos ahora cuando Fabiola dejó literalmente su vida en la carpa.

Por D.U

Tras su velorio en la carpa del circo, el cuerpo de Fabiola fue trasladado a Casablanca, su ciudad natal.

22 de marzo, 2006 (OpusGay).- Por una difícil etapa están pasando los artistas del Circo Timoteo, uno de los espectáculos más populares del país que sacó en forma pionera el transformismo a las calles y que mezcló sus puestas en escena con mensajes en contra de la discriminación a las minorías sexuales en momentos cuando los debates sobre los derechos de tal sector eran absolutamente invisibles en Chile

Hoy, tienen pena. Una de sus principales figuras, Mario Valenzuela, más conocido por su personaje Fabiola Luján, falleció el sábado anterior a los 52 años de un ataque cardíaco. El fatal desenlace comenzó a tejerse cuando el Circo hacía reír con una de sus clásicas funciones a un público fiel reunido en el Estero Marga-Marga de Viña del Mar.

Minutos después de que Fabiola se presentara, un fuerte calor alertó a su cuerpo. Para bajar la temperatura comenzó a deshacerse de los vestidos que tanto cuidaba. Sus compañeros, supieron entonces que algo malo venía.

“Ella era muy profesional, cuidada mucho sus trajes y pelucas. Se preocupaba de que nuestras medias no estuvieran rotas y también de que nuestro maquillaje fuera perfecto. Nos llamó la atención la forma como desprendió de sus trajes. Luego murió”, señala a OpusGay Alejandro Pavez, uno de los representantes del Circo Timoteo.

Pero ni en ese momento, ni tampoco al otro día, el Circo Timoteo suspendió sus funciones. “El show debe continuar”, dicen conscientes de que Fabiola hubiese querido lo mismo. Por eso su funeral, su última despedida, fue colorida y multitudinaria.

La gente la saludaba con pañuelos. Habías muchas flores, en especial de la gente pobre que las sacó de sus propios jardines Toda la gente se cuadro. El Circo Timoteo es parte de nuestra cultura. La gente lo quiere y pide y por todo ese cariño seguiremos trabajando. Esas cosas se valoran“, agrega Pavez, más conocido en su ambiente como Alexandra.

CAMARIN CERRADO

Fabiola (la cuarta de izquierda a derecha) junto a los artistas del Timoteo

Fabiola del Luján dejó sin duda una huella en gran parte de las minorías sexuales y hasta último momento sus señales dieron muestra de unión entre todas las personas, independiente de su orientación sexual.

Así, durante su misa la religión fue mezclada con el transformismo. A un punto simbólico, pues tres sacerdotes había en la carpa. Uno de ellos, Marcelo Catrill, fue claro en indicar que “cantamos por el hermano Mario y por la hermana Fabiola”, y en medio de los cantos los vestidos de la fallecida ocuparon un lugar privilegiado.“A petición de la madre, armamos en el escenario uno de los trajes que ella tenía preparado, con zapatos incluidos”, recuerda Pavez.

Por ello, y por mucho más, es que Pedro Lemebel ha señalado en uno de sus escritos que la artista era “un cetáceo dorado de la noche que adormece con su bolero la difícil existencia de los espectadores”.

Y el comentar sus funciones agrega que “el/ella, desbordante en su paquidermia, va rifando la botella de pisco equilibrada en las agujas de los tacos. Va ofreciendo los números mientras trepa la escalera de tablones entre la gente, contestándole al que le grita guatona, que ella con su guata se fabrica unas exuberantes tetas””.

Dicen también que Fabiola era generosa y en honor a esa cualidad los artistas decidieron que muchas de las flores que repletan su nicho las distribuirán entre otros muertos, “los que no tienen nada”.

Además “nos armamos de fuerzas para ordenar sus trajes, sus zapatos impecables y sus seis pelucas para entregárselas a su mamá”, la señora Rosa Torres.

Mientras tanto, su camarín está cerrado a la espera de que los familiares decidan cuales de las pertenencias de Fabiola se llevarán a su hogar. Hay uno, sin embargo, que quedará en la carpa del Timoteo. Se trata nada más ni nada menos que de Ransel, el perro mascota que Fabiola crió y cuidó en el circo, el mismo canino que hoy pasó a propiedad del Timoteo, el mismo animal que hoy echa de menos a su “ama”, comenta Pavez con obvia tristeza.

TRAVESTIDAS Y HUMANAS FUNCIONES

Si el transformismo es la característica del cuerpo del Circo Timoteo, la perseverancia y la humildad define a su espíritu.

El Circo ha pasado por malos y buenos momentos económicos, pero jamás ha discriminado dónde presentarse. “Dónde nos tiren vamos, aunque sea un cerro”, dice Pavez con absoluta precisión, pues ya en el 2004 Darío Zúñiga, uno de los fundadores del circo, había alegado que algunas autoridades no respetaban su propuesta.

Nosotros no podemos trabajar gratis porque cada vez este negocio se está poniendo más difícil, hay que pagar sueldos. Cuando queremos instalarnos, nos pasan puros terrenos basurales y después exigen que queden limpios o si no nos multan. Nos piden carpa autorizada por un arquitecto, ¿Cuando un arquitecto ha sabido algo de carpas y galerías de circo? Se le está faltando el respeto a nuestra actividad”, ha dicho Zúñiga a la prensa.

Pese a ello, en 38 años de trayectoria el Circo Timoteo se ha ganado el cariño de miles de personas, de todas las edades, oficios y estratos socioeconómicos, siendo en la actualidad una de las principales ofertas de nuestra cultura, en especial para los turistas.

Nacido como un circo común y corriente, llamado Blue Star, la conocida apuesta comenzó a perfilarse cuando al faltar una bailarina fue reemplazada por un hombre vestido de mujer.

El éxito fue total y de ahí el transformismo se apropió de casi todas las escenas: payasos que acosan eróticamente a payasos, transgéneros o gays que doblan a cantantes y, por supuesto, la conocida “loca de la cartera”, que lanza su bolso a los aires para ir a buscarla a un público que sigue, a estas alturas eternamente, el juego.

Pero Timoteo no sólo da risas. Su arte va acompañado siempre de discursos favorables a las minorías sexuales “con el fin de demostrar que todas las personas merecen respeto”. El tipo de intervención era particularmente valiente y necesaria en el pasado. Familias completas asistían a un circo donde, sin trabas en la lengua, hablaban de una realidad absolutamente silenciada en todos los escenarios del país.

Tanto así, que a juicio del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), “la lucha que iniciamos en 1991 sin duda fue precedida, consciente o inconscientemente, por el Circo Timoteo. Estos artistas contribuyeron a “normalizar nuestra realidad” en los más variados ambientes y esperamos que lo sigan haciendo”.

Y claramente el show no cesará. El Circo Timoteo continuará con sus presentaciones el próximo fin de semana en el Estero Marga Marga de Viña del Mar, y luego partirá al Estadio Municipal de San Antonio. Con un artista menos, pero con los corazones más grandes.