Los candidatos nunca se pronunciaron sobre las minorías sexuales, hasta que fueron consultados directamente en el debate presidencial. En sus respuestas, Lavín mostró una coherencia con el rechazo explicitó de la UDI a los derechos de los homosexuales, mientras Piñera ventiló los aires de una nueva derecha y Bachelet rechazó de plano el matrimonio, a diferencia de Hirsch.Por Catalina Herrera
17 de noviembre, 2005 (OpusGay).- Los cuatro candidatos a la presidencia nuevamente tuvieron que referirse a los derechos de las minorías sexuales, pero esta vez en directo y en conjunto ante todo Chile en un debate en cadena transmitido por Mega, TVN, Chilevisión y Canal 13 que registró 51.8 puntos de audiencia.
El tema, que había estado ausente en el debate presidencial que transmitieron en conjunto el 19 de octubre pasado Canal 13 y la CNN, alcanzó notoriedad gracias al periodista de Chilevisión, Iván Núñez, quien consultó a los abanderados si la sociedad estaba o no madura para el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Las respuestas dieron cuenta de notorias diferencias entre el abanderado del Junto Podemos, Tomás Hirsch, la candidata de la Concertación, Michelle Bachellet y los presidenciables de derecha, Sebatián Piñera, de Renovación Nacional (RN) y Joaquín Lavín, de la Unión Demócrata Independiente (UDI).
Con el cuestionamiento sobre la materia, los abanderados debieron, en suma, fijar su postura frente a la realidad de un sector que no sale en sus discursos en forma automática, ni siquiera cuando se refieren públicamente a la exclusión social.
Así es como cuando el periodista Mauricio Hoffman de TVN consultó sobre si había exclusión social en Chile y a que sector se consideraba como prioritarios de ayudar, ninguno mencionó o hizo algún tipo de referencia indirecta a las minorías sexuales, aún cuando de acuerdo a variadas encuestas y estudios, ese es uno de los sectores más afectados por la discriminación, lo cual en caso extremos llega a traducirse en asesinatos por orientación sexual o identidad de género.
Mientras Hirsh tenía entre sus preocupaciones la exclusión padecida por los trabajadores, los adultos mayores, las mujeres, los pueblos originaros y los jóvenes; Lavín se centró en la desigualdades económicas; Piñera en los cesantes y los pensionados y Bachelet en las mujeres y la tercera edad.
Fue solo con la quinta pregunta de Núñez que todos, seguramente no queriéndolo, debieron referirse a un tema que en el nivel público le han bajado todo el perfil posible (sea por cálculo electoral o porque simplemente no lo consideran relevante), pese a que algunos abanderados lo tienen incluidos en sus programas o han llegado a unos primeros acuerdos al respecto con el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).
La consulta fue lo suficientemente directa, pues Núñez diferenció explícitamente la institución del matrimonio de la Ley de Fomento por la No Discriminación y Contrato de Unión Civil que el Movilh ingresó al Congreso en el 2003.
La idea era, entonces, que los candidatos dieran única y exclusivamente su opinión sobre el matrimonio, siendo sólo Hirsch el que estuvo de acuerdo, Piñera y Lavín lo rechazaron de plano, con trascendentales diferencias, mientras Bachelet dio las respuestas más genéricas de todas.
COHERENCIA LAVIN-UDI
Desde el año pasado que la UDI, que representa Joaquín Lavín, ha sido el único partido que ha desarrollado sistemáticas acciones tendientes a impedir que desde la ONU se haga referencia a la no marginación de las minorías sexuales, además de votar en el parlamento en contra de todos los proyectos anti-discriminación que han incluido las categorías de la orientación sexual y de género. Igualmente ha presentado dos proyectos de ley para impedir el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de hijos.
Tales acciones, que derivaron en que el Movilh protestará el pasado 14 de octubre en la sede de la UDI, guardaron particular coherencia con la postura asumida en el debate de anoche por Joaquín Lavín, quien incluso llegó a asociar la homosexualidad con el aborto y con la ausencia de Dios, lo cual fue ovacionado por UDI.
A juicio del abanderado el matrimonio homosexual “es un tema de creencias personales (..) Creo en Dios y creo que debería haber más Dios en la sociedad chilena . Muchos de los problemas que la sociedad vive; violencia intrafamiliar, embarazo adolescente, droga; son consecuencia de la ausencia de Dios en la vida de las personas. El matrimonio es hombre y mujer “Hombre y mujer los creó”.
Agregó que “ conmigo no se equivoque nadie. Conmigo no va a haber aborto, ni matrimonio homosexual. Para mí no tiene que ver con que el país esté más preparado o no, sino con la esencia de lo que uno cree (…) Otra cosa distinta es que tengan derechos de herencia”.
Al ser rebatido por Núñez respecto a que si con ello estaba afirmando que en las minorías sexuales había ausencia de Dios o de amor, Lavín esquivó una respuesta clara, limitándose a señalar que “podrá ser muy impopular lo que voy a decir, pero el matrimonio es entre hombre y mujer”.
La molestia fue inmediata en el Movilh, cuyo presidente, Rolando Jiménez, señaló que “a diferencia de las elecciones pasadas, en estas, Lavín ha mostrado su verdadera cara y que es claramente homofóbica. Sus apreciaciones son, sin duda, denigrantes para las minorías sexuales, al margen que nosotros no estemos demando el matrimonio, sino una ley de unión civil”.
LA CLARIDAD DE PIÑERA
A diferencia de Lavín, la derecha que representa Piñera en Renovación Nacional, ha experimentado principalmente desde el año pasado cambios significativos en torno a los derechos de las minorías sexuales.
Ello se ha traducido no solo en el hecho que Piñera se convirtió el mes pasado en el primer candidato presidencial de derecha de Latinoamérica en reunirse con el movimiento homosexual, sino también en los votos favorables que diputados de ese partido han emitido en el Congreso en favor de proyectos contra la discriminación que lidera el Movilh. Piñera incluso criticó la decisión del Vaticano de impedir el sacerdocio de gays.
Los efectos de esta inédita apertura de una parte de la derecha a un tema valórico tan polémico como es la homosexualidad han sido inmediatos, al punto que en encuestas efectuadas por algunos sitios gays a las minorías sexuales, Piñera triplica en adhesión a Hirsch y dobla a Lavín, mientras que la distancia con Bachelet ha ido estrechándose a su favor.
Y es que en el debate en Casa Piedra, Piñera también dejó en claro que “soy cristiano y para mí por esencia el matrimonio es entre un hombre y una mujer (…) Por tanto no creo en el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
La diferencia con Lavín es el tipo de argumentación dada para oponerse al matrimonio, la cual junto con descartar el uso de un lenguaje peyorativo, indica a todo evento que “yo también soy respetuoso y tolerante con otras opciones en materia étnica, religiosa, sexual. Por tanto, estoy absolutamente dispuesto a legislar para que parejas de hecho homosexuales o heterosexuales (..) que no están unidas por el matrimonio puedan tener derecho en materia de herencia, en materia de previsión, que hoy día nos los tienen”.
Al avaluar esta declaración, la directora del Area Académica del Movilh, Sofía Velásquez, indicó que “desde las minorías sexuales la postura de Piñera nos sorprende no sólo porque se distancia significativamente de la homofobia explicíta de la UDI, sino porque este candidato ha sido claro y de una sola línea en torno a los derechos de las parejas homosexuales, lo cual se explicita en sus discursos y acciones, independiente de si son o no compartidas. Quizás por ello en el mundo de las minorías sexuales no organizadas, ha incrementado su nivel de adhesión”.
LAS GENERALIDADES DE BACHELET
La Concertación, que representa Bachelet, fue el sector pionero en abrir sus puertas a los derechos de las minorías sexuales, al punto que los mayores logros alcanzados por el movimiento homosexual han sido bajo la administración de esta alianza política.
Aunque al interior de la Concertación existen divergencias en torno al tema; lo cual se traduce por ejemplo en que el PPD marcó pautas en el área, mientras el PS y PRSD vienen expresando preocupación en el tema solo desde el 2001 y al interior de la DC existen voces que pueden ser equiparables a la UDI; lo concreto es que como bloque esta alianza ha sido la más efectiva y realista en torno a los derechos de las minorías sexuales.
Pese a ello, y aún considerando que el programa presidencial de Bachelet incluyó un capítulo específico sobre las minorías sexuales recogiendo cuatro propuestas del Movilh, lo concreto es que en el terreno más público y masivo la abanderada, al igual que Piñera y Lavín, nunca se refiere al tema, a menos que se le haga una consulta directa.
Y cuando así ocurre, trata de ser lo menos específica posible, ligando inmediatamente el tópico de las minorías sexuales a otros fenómenos de la discriminación, lo que no ocurre en caso contrario, es decir referirse a los homosexuales cuando aborda la exclusión social.
Más aún, al interior del movimiento homosexual existe la sensación de que Bachelet expresa menos de lo que realmente siente, quizás por “erróneos cálculos electorales. Y decimos erróneos, porque en la praxis Piñera ha ido ganando cancha entre las minorías sexuales no organizadas y quizás ello, sumado a otros temas valóricos, se reflejó en la última encuesta CEP, donde la candidata bajó seis puntos”, indica el secretario general del Movilh, Juan Hernández.
La primera oración de Bachelet ante la consulta de Núñez fue que “yo no tengo puesto en mi programa el matrimonio entre homosexuales”.
Agregó que, “sin embargo yo quiero decir que uno de los ejes de mi programa es que Chile somos todos. Cuando hablo de que Chile somos todos, estoy hablando de que voy a luchar fuertemente contra todo tipo de discriminación en nuestro país: discriminación por género, es decir, la que existe contra las mujeres; discriminación por edad, la que hay a los jóvenes y a los adultos mayores (..) y por cierto, también contra la discriminación hacia las minorías sexuales”
En sintonía con Piñera, sostiene que sí está de acuerdo con el Pacto Solidario francés, el cual regula las relaciones entre personas de igual y distinto sexo, por cuanto “hay que darle seguridad jurídica en este país a todas las uniones de hecho, sean heterosexuales u homosexuales para que tengan la posibilidad de efectivamente resolver su vida”.
Pero Núñez quería una respuesta más directa y le consultó si el motivo por el cual no tenía incluido en su programa el matrimonio homosexual era por que “no cree en él o porque considera que el país no esta preparado para eso todavía”.
Hubo respuesta, pero nuevamente se recurrió a la generalización en torno al tópico de la discriminación, como escapando rápidamente hacia otros temas.
“Lo primero es que el Código Civil plantea que el matrimonio es la unión civil entre un hombre y una mujer y por lo tanto eso es como se define acá. Creo además que la sociedad chilena tampoco está preparada. Y creo además que son muchos otros los problemas de discriminación que tiene Chile y que hay que ir avanzando en todos ellos“, apuntó.
El IDEALISMO DE HIRSCH
Hirsch representa con el Junto Podemos al Partido Humanista (PH) y el Partido Comunista. (PC). Mientras la primera colectividad ha acogido en los principios de casi sus inicios el tema de los derechos de las minorías sexuales, el segundo se sumó incluso más tardíamente que la Concertación, con discriminación previa a militantes gays de sus filas.
Además, y a diferencia del PH, el PC no tienen en sus principios referencia directas o indirectas al tema, limitándose su intervención en el área a la participación de algunos de sus dirigentes en marchas homosexuales o en la creación en su interior de coordinadoras por la diversidad sexual, cuyos resultados concretos son desconocidos.
Ello, sumado al hecho de que el Junto Podemos tiene nulo poder decisivo en las legislaciones o políticas públicas, ha convertido en infructuosos sus aportes en los derechos de las minorías sexuales, si de efectos palpables y concretos se trata.
Quizás por ello, y aun cuando Hirsh ha abogado por la igualdad total de derechos entre personas homosexuales y heterosexuales, incluido el matrimonio, el nivel de adherencia que alcanza entre las minorías sexuales es el más bajo de todos, siendo superado incluso por Lavín, quien ha sido identificado por variados sectores como el más, sino el único, homofóbico de los candidatos.
Se suma a ello, el hecho que uno de los mismos colectivos homosexuales que invitaron a Hirsch a la más reciente marcha de las minorías sexuales lo miren con recelo, pese a estar vinculados ideológicamente a la izquierda extraparlamentaria
“Tomás estuvo en la marcha. Se subió al camión e hizo un discurso en el cual habló del respeto de la necesidad de una ley que permita el matrimonio homosexual, en fin. Sin embargo lo invitamos durante toda la semana al Ciclo de Debates que se desarrolló en nuestra sede en el marco de un Ciclo de Cine. Tomás nunca confirmó su asistencia y jamás siquiera otorgó una disculpa o un argumento que justificara su ausencia“, ha indicado el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales.
Pero como hay poco que perder, Hirsch tiene un alto nivel de libertad para ser, hasta la fecha, el único candidato que hasta permitiría la adopción de hijos por parte de parejas homosexuales.
En su respuesta a Núñez indicó que “dos personas que tienen una relación afectiva y que quieren continuarla durante su vida tienen todo el derecho a hacerlo y no deben tener ningún impedimento. Si dos personas del mismo sexo se quieren casar, yo considero que tienen el derecho y deben establecerse los mecanismos en la ley para que puedan contraer matrimonio. No creo que el Estado deba impedir, deba estar poniendo trabas”.
Agregó que la ciudadanía esta preparada para dar un salto de esa naturaleza. “Los que no están preparados son los que están instalados en el poder que andan siempre vigilando lo que podemos hacer o no. El país está maduro (…) y quiere libertad, no que le anden controlando como tiene que portarse cada uno”.
En relación a que el matrimonio incluya la adopción de hijos, apuntó que “eso se va a hacer tarde o temprano, (..) aunque hoy día escandalice, escandalice a unos pocos inquisidores que todavía van quedando”.