ROMPIENDO CODIGOS: VIDA DE MATEMATICO HOMOSEXUAL ES LLEVADA AL TEATRO EN CHILE

Los últimos años de vida de quien es hoy considerado el padre de la inteligencia artificial estuvieron marcados por una brutal discriminación que terminó en el suicidio. Los aportes científicos de Alan Turing al mundo de la informática, a la lucha contra el nazismo, así como la homofobia que padeció, son parte de Rompiendo Códigos, obra que desde esta semana se monta en el teatro de la Universidad Católica.

Por C.A

 

Máquina del Código Enigma descifrado por Turing
Máquina del Código Enigma descifrado por Turing

9 de agosto, 2005 (OpusGay).- El 31 de marzo de 1952 el matemático inglés Alan Mathinson Turing fue detenido y juzgado por “indecencia mayor”, es decir, por tener relaciones sexuales con Arnold Murray, un joven de Manchester.

Aunque en ningún momento negó su homosexualidad y, más aún, alegó que nada de malo había en ello, para salvarse de la cárcel Turing debió aceptar ser sometido durante un año a brutales tratamientos médicos con estrógenos que buscaban modificar su orientación sexual. Los efectos fueron inhumanos: malformaciones en los pechos, impotencia y depresión.

Después del apresamiento, el 7 de junio de 1954, Turing falleció a 16 días de cumplir los 42 años producto de una ingestión de cinauro. Para su madre, la irlandesa Ethel Sara Turing, el hecho fue un accidente, pero para el dictamen forense el matemático simplemente terminó con su vida, quizás apesumbrado por los efectos de la condición pública de su homosexualidad, han agregado estudios posteriores.

Pero Turing no pasó a la historia por su homosexualidad, sino por sus aportes en los campos de las matemáticas y la informática. Tan importantes fueron sus trabajos que la Association for Computing Machinery (ACM) denomina desde 1966 como “Turing Award” al principal premio que se otorga a quienes hacen las contribuciones más relevantes al avance de la computación en el mundo.

ROMPIENDO CODIGOS

Interesado en Turing, el dramaturgo Hugh Whitermore llevó a las tablas la vida del matemático en la obra Rompiendo Códigos. Basado en esa apuesta el director Ramón Núñez montará desde este jueves 11 de agosto la obra en el Teatro de la Universidad Católica, basado en las traducciones al español de Fernando Masllorens y Federico González del Pino.

Núñez escogió el texto de Hugh Whitermore por contener dos grandes temas: la homosexualidad, penada por ley en Inglaterra hasta 1952, y el código enigma que utilizaban los nazis para comunicarse y que fue descrifrado por Turing.

Además ” como la política ya no despierta el mismo interés que antes, al parecer, los dramaturgos se han inclinado hacia la ciencia para encontrar inspiración. No es una simple coincidencia”, indicó Núñez, quien integra la Academia Chilena de Bellas Artes

En la obra, cuyo montaje ha demorado cinco años, el actor Alvaro Escolar intepreta a Turing, mientras que la madre del matemático, de 73 años, cobrará vida en Esperanza Silva. Ellos serán acompañados en las actuaciones por Hugo Medina, Aranzazú Yancovic, Max Corvalán, Raimundo Guzmán, Matías Oviedo, Agustín Moya y Felipe Contreras.

Durante las casi dos horas del montaje, espacios, tiempos y ánimos serán modificados permanentemente, sin orden cronológico y en una secuencia de tipo cinematográfico, adelantaron los creadores.

El montaje es parte de un acuerdo entre la Facultad de Artes de la Universidad Católica y el Instituto Chileno Británico de Cultura que busca fomentar las actividades entre ambos países y que, entre otras áreas, comtempló el apoyo a Rompiendo Códigos.

TURING Y EL DEPORTE

En 1948 Turing estuvo a punto de participar en los Juegos Olímpicos por atletismo de larga distancia.
En 1948 Turing estuvo a punto de participar en los Juegos Olímpicos por atletismo de larga distancia.

Hijo de Julius Mathison y Ethel Sara Turing, el matemático nació el 23 de junio de 1912 en Londres. Su paso posterior por la Sherborne School (escuela pública) provocó más de un dolor de cabeza a profesores de cátedras que no eran de su interés, como las de idiomas.

“Puedo perdonarle su caligrafía, aunque es la peor que he visto en mi vida, y trato de ver de manera tolerante sus insistentes imprecisiones y descuidos, así como lo sucio de su trabajo; pero lo que no puedo perdonarle es la estupidez de su actitud hacia las sanas discusiones del Nuevo Testamento” , dijo de Turing uno de sus profesores de inglés.

En 1934, y en medio de estudios sobre física cuántica, se graduó de Licenciatura en Matemáticas con honores de King’s College y, dos años más tarde, obtuvo el Premio Smith por su trabajo en teoría de la probabilidad.

Según sus biografías, fue en el King’s College donde Turing tuvo su primer amante, el estudiante James Atkins, pero a diferencia de la mayoría de la población homosexual de esa casa de estudios, el matemático no frecuentaba espacios de literatos, sino deportivos, donde el remo y las carreras eras sus distracciones preferidas.

Fue en agosto de 1936 cuando publicó su artículo “Sobre los números computables, con una aplicación al Entscheidungsproblem” (pregunta consistente en saber si todo método matemático puede ser desmostrado), el cual se convirtió en pieza clave y clásica para la teoría de la computación.

Una vez en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, Turing obtuvo a los 25 años su doctorado en metemáticas, en medio de una vida considerada por muchos como extravangante debido a una permanente risa nerviosa, su descuidada forma de vestir y sus largas temporadas sin afeitarse.

EL CÓDIGO ENIGMA

En 1939 Turing fue uno de los primeros 10 académicos contratados por el gobierno inglés para descifrar el código enigma utilizado por los alemanes, lo cual consiguió mediante la construcción de unas máquinas llamadas “bombas”.

” Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, Turing colaboró en el diseño de una máquina llamada la `Bomba’ que exploraba las combinaciones posibles generadas por la máquina codificadora alemana `Enigma’. Tal `Bomba’fue una máquina de propósito especial, el de descifrar códigos, construida electromecánicamente con relés”, explica en uno de sus libros el investigador y profesor Enric Trillas.

“Asimismo, trabajó en el desarrollo de la `Colossus'(que algunos consideran como el primer ordenador electrónico) que ya funcionaba con válvulas (tubos de vacío) en lugar de relés. Gracias a ella los británicos pudieron mantener alejados de los submarinos alemanes a los barcos de suministro que cruzaban el Atlántico”.

Cinco años después, Turing fue contrado por el Laboratorio Nacional de Física (LNF) de Inglaterra y teóricamente avanzó en una computadora con memoria que podría desarrollar múltiples tareas, además de concebir la idea de redes de cómputo. En 1948 renunció a la LNF porque sus postulados no tuvieron traducción tangible.

En respuesta Turing publicó en 1950 su propuestas sobre las máquinas en un artículo titulado “Computing Machinery and Intelligence”, considerado un clásico de la Inteligencia Artificial.

“En 1950 Turing propuso una prueba que se conoce como el `test de Turing’, el cual se basa en la idea siguiente: si una persona se comunica sólo a través de un terminal con otras dos partes, que están escondidas, y no se puede discriminar a través de preguntas cuál de ambas partes es una persona y cuál es un ordenador, entonces no se puede negar que la máquina muestra la cualidad que, en las personas, se llama `inteligencia’”, dice Enric Trillas.

Agrega que ” Turing creía firmemente que máquinas que pensaran llegarían a existir y predijo que hacia el año 2000 una máquina jugaría al `juego de imitación’, como él llamó al test, de manera que un interrogador medio no tendría más del 70 por 100 de posibilidades de efectuar la identificación correcta tras cinco minutos de preguntas.”

Ficha Técnica:

“Rompiendo códigos”

Dirección: Ramón Núñez.

Donde: Teatro UC, Sala Eugenio Dittborn, Jorge Washington 26, sector Plaza Ñuñoa-Irarrazaval

Fecha: Desde el 11 de agosto hasta el 29 de octubre

Funciones: miércoles y jueves: 19:30 horas; Viernes y sábado: 20:00 horas.

Entrada: General, $7.000; estudiantes, tercera edad y convenios: $4.000.

Reservas: 205 56 52