Jóvenes gays sordos-mudos también marcharon
Por D.U
25 de septiembre, 2005 (OpusGay).- La adhesión más amplia registrada hasta ahora tuvo la séptima versión de la Marcha de las Minorías Sexuales, reuniendo a unas 10 mil personas que desfilaron con múltiples consignas por la Alameda que levantaron una treintena de organizaciones convocantes.
“Es mucha la gente que está marchando. No lo puedo creer. Esto demuestra que no somos tan pocos, como muchos creen” , dijo con entusiasmo Marcela, una estudiante de 19 años que se sumó a la actividad tras enterarse del “gran evento” a través de Internet.
Junto a los alegres carros de las organizaciones, llamó la atención la presencia de personajes gay públicos que no están asociados al movimiento homosexual, como el escritor Pedro Lemebel, el animador José Miguel Villouta y el denominado “che de los gays” por la prensa, el periodista Víctor Hugo Robles.
Entre los hechos inéditos de la actividad resaltó la participación de la Brigada Escolar Gay y Lésbica y una alta presencia de mujeres lesbianas que se mezclaron a lo largo de una columna que llenó varias cuadras.
Importante fue la participación de un grupo de jóvenes gays y lesbianas sordos mudos, quienes mediante gestos expresaron que también existen y que son una minoría dentro de una minoría, quizás mucho más discriminada.
No satisfechos con su participación en la marcha, el grupo de jóvenes llegó más lejos y con sus manos expresó su deseo de colaborar con la lucha del movimiento homosexual, para lo cual establecieron un contacto directo con la Brigada Escolar.
En la actividad estuvo presente uno de los cuatro candidatos presidenciales, Tomás Hirsch, del Pacto Junto Podemos, quien expresó su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo . “Hemos planteado que es un derecho de cada persona contraer matrimonio con quien así lo desee. Por eso es que seguiremos luchando para que en Chile se establezca por ley el derecho al matrimonio entre homosexuales, lesbianas, personas del mismo sexo”, dijo el candidato.
Como siempre resaltaron además los transformistas y artistas de la población homosexual que colaboran desinteresadamente con el movimiento de las minorías sexuales a través de su arte. Arienda Sodi, la segunda Miss Gay Universo, y el animador Nando Ruiz, fueron algunos ejemplos.
ARCOIRIS DISCURSIVO
Las organizaciones y grupos convocantes resaltaron en forma individual y/o colectiva una variedad de demandas que dieron vida al evento, dotándolo de contundentes discursos político-reivindicativos que fueron considerados especialmente por la prensa masiva.
Mientras el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales y Sidaccion llamaron a la derogación del Artículo 373 del Código Penal y a votar por candidatos que aseguren la no discriminación, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), lanzó una campaña para la pronta aprobación de una ley de parejas en Chile y celebró que este año fuera aprobado en el Congreso un proyecto que sanciona los delitos por homofobia.
La Brigada Escolar Gay y Lésbica, por su parte, aplaudió que “gracias a nuestra lucha la nueva política de educación sexual del gobierno impida la discriminación por orientación sexual”, y en un ángulo distinto el Sindicato de Trabajadores Gays y Lesbianas Luis Gauthier centró ” el contenido de la marcha en la denuncia al Estado excluyente y discriminatorio que nos rige” y del cual “el gobierno es cómplice”.
En otro comunicado, el equipo Diversidad de Amnistía Internacional llamó ” a los poderes del Estado de Chile a contribuir a mejorar el sistema de justicia y legislar sobre el proyecto de “ley anti-discriminación” que se delibera en el Congreso. Así mismo pide que respeten la diversidad como una cualidad intrínseca de los seres humanos”.
El Sindicato de Transgéneros Amanda Jofré pidió además una norma que les permita cambiar su nombre por uno acorde a su identidad, mientras el Bloque Lésbico, distanciándose de estas demandas y apelando a una ” marcha paralela”, denunció ” la lesbofobia a la que nos vemos sometidas en lugares de trabajo, establecimientos educacionales, espacios públicos, como también, el discurso moralista, manipulador, misógino y sexista de la sociedad chilena que al no ubicarnos dentro de la heteronorma, nos cataloga de “anormales”.
Como se ve, este año la marcha tuvo para todos los gustos, una muestra clara de diversidad que seguramente explica la amplia convocatoria.