El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) podría experimentar un histórico cambio, pues sus expertos emitieron un informe que es favorable a modificar el actual concepto de matrimonio. El pronunciamiento, ocurre tras casi 70 años de que la RAE llegara una definición menos prejuiciosa de la homosexualidad.
Por Daniel Ulloa
4 de febrero, 2005 (OpusGay).- En momentos cuando el debate en torno a la unión entre personas del mismo sexo es hoy más fuerte que nunca en España, la Real Academia de la Lengua se involucró en la discusión encomendando este mes a sus expertos que dilucidarán si era posible o no que el vocablo matrimonio se aplicara a parejas homosexuales.
El primer debate de la Real Academia Española (RAE), originado por la promoción por parte del gobierno de un proyecto sobre matrimonio homosexual, tuvo lugar el pasado 20 de enero. Ese día no hubo resolución y la RAE encargó a los técnicos de su Instituto de Lexicografía emitir un informe sobre la materia.
“La cuestión es ver si el uso que propone el Gobierno en su ley es adecuado o no a lo que es el español. Por ello, hemos pedido a nuestros técnicos que rastreen el uso de la palabra matrimonio en el español de todos los tiempos, que buceen en todos los diccionarios y los de otras lenguas”, indicó hace una semana el secretario de la RAE, Guillermo Rojo.
Hoy la RAE llegó a un veredicto: está dispuesta a redefinir el matrimonio, ampliándolo a las parejas homosexuales, si es que tras aprobar la legislación al respecto se provoca un cambio en el vocabulario general y cotidiano de los hispanohablantes.
El informe aprobado anoche en la sesión plenaria de la RAE fue remitido al gobierno, luego de que la semana anterior trascendieran informaciones respecto a que un sector de la Academia rechazaba de plano la modificación del concepto matrimonio.
EL INFORME
En su versión XXII, del 2001, el Diccionario de la RAE (DRAE) define al matrimonio con dos acepciones. Primero como la “unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales” y segundo como “sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia”.
En su nuevo informe la RAE explicó que ese concepto del matrimonio ha sido el de uso constante desde los orígenes del español hasta hoy. Lo mismo ocurre con otros términos como casamiento, nupcias, boda, conyugal, cónyuge y consorte, todos los cuales hacen referencia exclusiva a la unión entre personas de sexo distinto.
“Sin embargo las palabras pueden ir incorporando nuevas acepciones, diferentes y hasta opuestas a su sentido etimológico, entre otros muchos motivos por cambios que sobrevienen en la realidad social. En el caso concreto de la palabra matrimonio, desde hace algunos años, un movimiento social favorable al reconocimiento de los derechos de los homosexuales y a su no discriminación habla de matrimonio de o entre homosexuales y reclama su legalización”, indicó la RAE.
Agregó que en ese sentido si es posible modificar el DRAE de manera que el vocablo matrimonio dé cuenta de las uniones entre personas del mismo sexo.
Ello se explica, argumentó, porque la eventual aprobación del proyecto sobre vínculo homosexual no sólo producirá efectos jurídicos, sino también ” una generalización del empleo de la palabra matrimonio y las restantes de su misma familia semántica para hacer referencia también a esa nueva realidad social de la unión de dos personas del mismo sexo reconocida legalmente”.
“ Si tal ampliación de significado se consolidara en el uso general de los hispanohablantes, la entrada del Diccionario correspondiente a ‘matrimonio’ tendría que recoger también esa nueva acepción, como están haciendo algunos diccionarios de otras lenguas”, apuntó la Academia.
La RAE descartó de plano que su disposición a modificar el diccionario obedezca a razones ideológicas o políticas, pues sólo se enmarcan en el ámbito de su competencia, cual es el lingüístico. En sus propias palabras, la función de la RAE se limita estrictamente a “ reflejar los significados que las palabras presentan en el uso que de ellas hacen los hispanohablantes”.
¿DIVISION EN LA RAE?
El informe de la RAE tuvo lugar luego que el pasado 26 de enero el pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pusiera en duda la constitucionalidad del proyecto de ley promovido por el gobierno, con 11 votos a favor y nueve en contra.
Aunque el CGPJ apoya la regulación de las parejas constituidas por personas del mismo sexo, aclaró que “no hay una igualdad jurídica de las personas homosexuales respecto a las heterosexuales en relación con la institución matrimonial, puesto que ésta tiene una finalidad, una dimensión y una estructura distinta al modelo de convivencia”. En síntesis la palabra matrimonio no puede ser aplicable a gays y lesbianas.
La oposición también se habría hecho sentir la semana anterior en el seno de la Real Academia, según diversas fuentes consultadas por el medio ABC.
“El término matrimonio está perfectamente definido en el diccionario y la función del Gobierno no puede consistir en alterar la lengua. Designar con la palabra matrimonio las uniones entre personas del mismo sexo es una impropiedad lingüística. Y en la propiedad lingüística no puede entrar el Gobierno”, indicaron las fuentes de la Real Academia. Aunque en esa oportunidad Rojo descartó que tales opiniones indicaran que el “tema está cerrado“, la furia de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGT) no se hizo esperar.
La presidenta de la FELGT, Beatriz Gimeno, sostuvo que los trascendidos sobre el rechazo de la RAE a incluir a las parejas homosexuales en la definición del matrimonio, demuestran que la Academia “está muy por detrás de la realidad (…) La postura de la RAE roza el absurdo y el esperpento, ya que es lógico que dicha palabra no recoja una realidad que todavía no existe en España y que sólo muy recientemente se hace en otros países”.
“ Es el diccionario el que tiene que ir adaptándose a las nuevas realidades y nos las realidades las que tienen que adaptarse al diccionario”, dijo Gimeno junto con recordar que antes de aprobada la Ley de Divorcio la mayoría de los textos españoles definían al matrimonio como la unión indisoluble entre un hombre y una mujer.
HOMOSEXUALIDAD
La RAE fue fundada en 1713 y su misión principal es “velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico”.
Integrante de la Asociación de Academias de la Lengua Española (compuesta por 21 países, incluido Chile), la RAE ha modificado desde sus orígenes el significado del vocablo homosexual, experimentando una transformación similar al de las concepciones culturales respecto a gays y lesbianas, toda vez que pasó de la ignorancia, al prejuicio y de éste a una definición más imparcial.
En efecto, curiosamente en 1936 el DRAE definió por primera vez la palabra homosexual con dos acepciones: como sinónimo de sodomía y etimológicamente. Esto es, la conceptualizó como “hombre sexual”, de acuerdo a sus raíces en latín.
Fue en 1956 cuando la RAE advirtió que homo provenía del griego por lo que significaba “igual”, sin embargo, continuó asimilando la homosexualidad con la sodomía. 14 años después el DRAE definió al homosexual como aquel “que busca los placeres carnales con personas del mismo sexo” o como “una inclinación manifiesta y oculta hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo”.
Actualmente, y de acuerdo a su última edición del 2001, el DRAE define al homosexual como “dicho de una persona con tendencia a la homosexualidad” o “dicho de una relación erótica que tiene lugar entre individuos del mismo sexo”.
Las transformaciones del DRAE desde 1936 a la fecha son, para el movimiento homosexual español, una clara muestra de que el concepto matrimonio también debe tener un significado neutro o imparcial, pero el debate sobre ello recién comienza y seguramente por mucho tiempo no tendrá lugar en la mayoría de los países que conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española.