Presidente de la Democracia Cristiana:

Por A.S

11 de julio, 2004 (OpusGay).- Completamente en desacuerdo con la sola posibilidad de que personas conocidas como homosexuales aspiren a algún cargo público en las próximas elecciones municipales se manifestó el presidente de la Democracia Cristiana, Adolfo Zaldívar.

En una entrevista dada a la revista El Sábado, indicó que en las elecciones “la gente tendrá que decidir, pero yo no voy a promover candidaturas homosexuales de la Democracia Cristiana porque eso, a mi juicio, va contra la naturaleza”.

Enfatizó que “no voy a ir en esa banda, no voy a estar ahí, no lo voy a promover ni incentivar, no lo voy a legitimar con opción a cargos públicos. Pero no quiere decir con eso que me voy a meter en la vida privada de cada militante, de cada dirigente o de cada parlamentario para ver su opción”.

Explicó que “no soy partidario del homosexualismo. No estoy por facilitar el homosexualismo”.

Las opiniones fueron al instante rechazadas por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), cuyo presidente Rolando Jiménez, es candidato a concejal por la comuna de Santiago y próximamente iniciará su campaña con propuestas que ” interesan a toda la ciudadanía, y no sólo a las minorías sexuales”.

El activista del Movilh, Juan Hernández, indicó que “con sus postura Zaldívar demuestra, además de homofobia, que no está realmente comprometido por la profundización de la democracia y el respeto a la diversidad. Por el contrario está por obstaculizar la candidatura de una persona no por razones de capacidades, honestidades y compromiso social, sino sólo en función de una orientación sexual”.

Agregó “que es lamentable que este personaje rechace a una persona homosexual, sin siquiera conocer un plan de trabajo o el aporte a la sociedad que todos podemos hacer, más allá de nuestras particularidades. Vistas así las cosas, ¿a quién puede realmente representar una persona que es capaz de excluir y legitimar la discriminación?”.

Puntualizó que ” esperamos que esta contaminación social promovida por un personaje ultraconsevador no tenga eco en la ciudadanía, la cual en todo caso está cansada de opiniones arrogantes y sin sustento en la realidad”.