Delegación latinoamericana de homosexuales viaja a Ginebra para triunfar en la ONU

Es la más amplia delegación de minorías sexuales que asiste a un cónclave de la ONU. El viaje tiene una clara estrategia de lobbys con representantes de diversos países y relatores de las Naciones Unidas. La acción será posible gracias a gestiones de la Comisión Internacional de Gays y Lesbianas y de Human Rights Watch. En representación de Chile asistirá el líder del Movilh.

Por Catalina Herrera

Alejandra Sardá
Alejandra Sardá

5 de marzo, 2004 (OpusGay).- La coordinadora para Latinoamérica y el Caribe de la Comisión Internacional de Derechos Humanos para Gays y Lesbianas (IGLHRC), Alejandra Sardá, debe estar pasando por uno de sus momentos más agitados.

Cada día responde diversos correos provenientes de grupos homosexuales de la región que le consultan e informan sobre las actividades desarrolladas ante sus respectivas autoridades para conseguir el triunfo en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la ONU de una propuesta brasileña que llama a los Estados a proteger de los actos discriminatorios a las minorías sexuales.

Sardá también está afinando, en alianza con Human Rights Watch, los últimos detalles para el viaje hacia Ginebra que harán activistas homosexuales de Argentina, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, México, Paraguay y Perú.

” Esta es la delegación de homosexuales más grande que estará presente en una Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Los únicos antecedentes previos que tenemos son la participación de una activista travesti argentina, Lohana Berkins (quien volverá a acompañarnos este año) en 2001 y de un abogado gay de la India en 2002 “, explica Sardá.

Al igual que en esas oportunidades, la nueva delegación asistirá a la ONU gracias a gestiones efectuadas por la IGLHRC, esta vez en coordinación fluida y directa con Human Rights Watch.

Ambas instancias consiguieron un presupuesto de miles de dólares donados por un anónimo. El dinero se dividió en dos grandes áreas: el envío de aportes a grupos homosexuales de distintos países, para que aseguren en sus respectivas naciones el voto favorable en la ONU, y en el costeo de pasajes y hospedajes en Ginebra durante el tiempo que se desarrolle la 60 sesión de la CDH de las Naciones Unidas, a celebrarse entre el 15 de marzo y el 23 de abril próximo.

Debido a que los fondos conseguidos son pocos, y a que las gestiones a realizar por los activistas homosexuales en la ONU van más allá la propuesta brasileña, IGLHRC y Human Rights Watch dividirán la presencia de los dirigentes latinoamericanos en diversos días, de modo de cubrir toda la sesión.

Las fechas que corresponderá a cada activista aún están en definición, sin embargo, los nombres de los activistas que asistirán están claros. Por Argentina irán Lohana Berkins y Mauro Cabral; por Costa Rica, Ana Victoria Zeledón; por Guatemala, Claudia Acevedo; por Honduras, Indira Mendoza; por México, Pilar Sánchez; por Paraguay, Raquel Caballero; por Perú, Jorge Bracamonte y por Chile, el presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez.

A ellos, y también gracias a las gestiones de IGLHRC y Human Rights Watch, se sumarán activistas de otras regiones que representarán a Sudáfrica, Nigeria, Kenya, Japón y Corea, entre otros.

Sede de la Onu en Ginebra
Sede de la Onu en Ginebra

APRETADA AGENDA EN GINEBRA

Cuando la IGLHRC y Human Rights Watch informaron a comienzos de febrero a los grupos de la región sobre su aporte económico y el pago de los viajes, lo cierto es que en algunos países el trabajo de varias organizaciones homosexuales para asegurar el voto favorable en la ONU ya estaba bastante adelantado en términos de lobbys y campañas.

Conscientes la IGLHRC y Human Rights Watch de que tales esfuerzos quitaron tiempo y recursos importantes a organizaciones sin fines de lucro, se estimó, sin embargo, que el aporte es del todo conveniente. Mucho más aún si se considera que al margen de lo que pase en cada país, sólo se sabrá sobre el éxito o fracaso de los homosexuales en la ONU el mismo día de la votación, el cual aún no está definido.

Por ello es tan importante para los activistas la presencia de una delegación en la ONU. “Es imposible afirmar de una manera contundente que las posturas ya van a estar definidas de antemano. Menos en casos como América Latina, Sudáfrica y algunos países asiáticos como Japón y Corea”, explica Sardá.

“Por ejemplo, el año pasado cuando se presentó la resolución brasileña, Australia tenía la postura de abstenerse. Gracias a la presión de las organizaciones LGBT y otras de la sociedad civil australiana, la postura final terminó siendo de apoyo. Los gobiernos están formados por políticos a quienes la opinión de sus votantes les importa (o al menos debería importarles)”, agrega.

La situación inversa también podría pasar, pues las presiones de los grupos conservadores han sido tan fuertes a nivel regional que países que votaron a favor el año pasado, podrían hacerlo en contra a último minuto, aún cuando hubieran en algún momento apoyado la causa. “Los conservadores tienen sus herramientas para presionar, los movimientos sociales tenemos las nuestras. Hacernos visibles, estar presentes en la ONU, es una de ellas” , enfatiza Sardá.

La estrategia y la agenda coordinada por la IGLHRC es amplia y uno de sus principales objetivos es conseguir que un activista pueda hablar en el plenario de la Comisión. Como ninguna asociación de minorías sexuales tiene el estatuto de órgano consultor que permita su intervención, “estamos recurriendo a la generosidad de organizaciones aliadas, principalmente de mujeres y de derechos humanos, que nos cederán su espacio”, explica Sarda.

La activista especifica que “por el momento ya está decidido que un o una activista de Africa leerá el párrafo propuesto por Brasil en la Conferencia de la ONU contra el Racismo, la Xenofobia y Formas Conexas de Intolerancia (Durban, 2001) donde se hace referencia a la orientación sexual. Es muy poco probable que tengamos otro espacio adicional para que hable alguien más”.

Otras tareas en Ginebra, que serán divididas entre los diversos activistas de acuerdo a sus particulares experticias, son entrevistas con delegaciones oficiales de los diversos países y con funcionarios de la ONU para informarles sobre la realidad de las minorías sexuales en sus respectivas naciones.

Los diálogos con los funcionarios de las Naciones Unidas abarcarán, en esa línea, tópicos que van mucho más allá de la resolución brasileña con el objeto de “matar” varios pájaros de un tiro. Para tales efectos la IGLHRC recomendó a los activistas que lleven hasta Ginebra la mayor documentación posible sobre elementos a favor y en contra de la discriminación que viven las naciones latinomericanas y del Caribe.

En específico se contemplan reuniones especiales con relatores de la ONU especializados en diversas áreas como son las de Ejecuciones Arbitrarias, Extrajudiciales y Sumarias, de Salud, de Educación, de Violencia contra las mujeres, de Tortura, de Defensa de los Derechos Humanos y de Acceso a la Vivienda.

“Lo que las relatoras y relatores hacen es producir informes que luego se presentan (cada año) ante la Comisión de DDHH y a los que los gobiernos deben responder. El año pasado, por ejemplo, el gobierno de El Salvador fue interpelado muy duramente por su inacción en casos de asesinatos y de violencia policial contra las travestis. El contacto personal entre los relatores y los activistas es fundamental para crear una relación que permita continuar y profundizar la tramitación de denuncias por discriminación.”, explica Sardá.

Rolando Jiménez

EL APOYO A CHILE

Al igual como a otros países de la región, el respaldo de la IGLHRC y Human Rights Watch en Chile se traduce en costear el viaje de una activista (que es Rolando Jiménez) y en la liberación de fondos para campañas internas, los cuales serían entregados en el transcurso del presente mes.

Respecto a ese último tópico, el Movilh recibirá un aporte de dos mil dólares, mientras un monto similar irá destinado al Movimiento Unificado de Minorías Sexuales.

“Nosotros iniciamos nuestra campaña el año anterior. Sin embargo, cuando Sardá nos informó sobre el apoyo externo, pudimos incrementar nuestros esfuerzos humanos y técnicos, al tiempo que modificamos y adelantamos nuestra estrategia, lo cual ha resultado ser muy fructífera” , señala el presidente del Movilh, Rolando Jiménez.

Junto con elogiar y valorar la labor y la preocupación de la IGLRHC y Human Rights Watch en la región, y en especial en Chile, el dirigente especificó que “hasta ahora nunca habíamos recibido algún apoyo externo de esta naturaleza, por lo que no podemos estar más que agradecidos por haber sido considerados a nivel internacional en una tarea tan emblemática e importante”.

Sardá agrega, por su lado, que se cursó la invitación a Jiménez para viajar a Ginebra porque este “cumple maravillosamente con diversas condiciones, como son compromiso con la causa y experiencia en tareas de cabildeo. Es un honor para nosotras que haya aceptado ser parte de la delegación”. Iguales criterios, explica, corrieron para definir quienes serían los activistas invitados de los otros países.

En referencia a las acciones cursadas por el Movilh en Chile para asegurar el voto favorable en la ONU, Sardá rescató el “intenso trabajo del organismo, con muy buena respuesta de los medios y con mucha seriedad. Gracias a su trabajo, el gobierno de Chile ya sabe que este es un tema que a la sociedad civil organizada le preocupa y que hay quienes estarán prestando atención a lo que el gobierno haga en Ginebra”.

En otros países de la región el trabajo ha sido igualmente intenso. Así es como uno de los últimos informes de la IGLHRC reporta que en Costa Rica y Honduras los movimientos locales se han reunido con representantes de diversas reparticiones de la Cancillería, mientras en Guatemala los diálogos se han intensificado con el Congreso y el gobierno.

Pero al margen del buen trabajo efectuado hasta ahora por diversas organizaciones de la región, la IGLHRC sabe que todavía nada está definitivamente escrito, pues aunque el trabajo esté rindiendo frutos y, según trascendidos, algunos gobiernos estén dando un vuelco favorable, la presión de los grupos conservadores, que en Chile adquirió particularmente fuerza esta semana, podría significar un retroceso de último minuto para los homosexuales.

Lo cierto es, en todo caso, que “nunca damos por perdida una batalla antes de haberla librado. Todo lo que hemos conseguido en décadas parecía siempre imposible cuando comenzamos” , por tanto existen esperanzas de un histórico triunfo en la ONU, puntualizó Sardá.