Movilh pide al gobierno aplicar en Chile principios de DDHH para minorías sexuales

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) solicitó hoy al gobierno de Chile que estudie y analice los “Principios de Yogyakarta”, dados a conocer hoy en Ginebra, con el objeto de que vayan siendo aplicados en el país a favor de los derechos humanos de las minorías sexuales.

En misiva enviada a la presidenta de la República, Michelle Bachelet, y al canciller Alejandro Foxley, el Movilh sostuvo que los Principios de Yogyakarta deben ser conocidos por el Estado chileno, pues “sus análisis y recomendaciones son extensivas a las violaciones a los derechos humanos por orientación sexual e identidad de género que aún persisten en nuestro país”, y que se han traducido en 270 episodios de discriminación a las minorías sexuales entre el 2002 y el 2007, once de los cuales son asesinatos.

“Un país que aspira a un verdadero respeto a los derechos humanos, requiere con urgencia implementar medidas para evitar todo tipo de atropello contra las personas, siendo absolutamente reprochable que sólo en el mes de marzo del 2007 ya contemos con dos nuevos asesinatos basados en la identidad de género”, indicó la misiva.

Agregó que al respecto “Los Principios de Yogyakarta son un buen comienzo, toda vez que dan pautas concretas para mermar estas atroces violaciones a los derechos humanos, por lo cual invitamos al Estado chileno a leer este documento y analizar cuáles de sus medidas son posibles de implementar en el corto, mediano y largo plazo, a fin de que el futuro todas sus recomendaciones sean realidad en Chile”.

En sus 29 principios, el texto de Yogyakarta destaca porque entre sus redactores se encuentran relatores especiales de las Naciones Unidos, jueces, académicos y defensores de los derechos humanos de diversos países.

Redactado por un distinguido grupo de expertos tras una reunión sostenida en Yogyakarta, Indonesia, entre el 6 y 9 de noviembre del 2006, el documento se basa, entre otras pruebas de discriminación, en un informe del relator de educación ante las Naciones Unidas, Vernor Muñoz, que consideró inéditamente las denuncias del Movilh sobre atropellos a escolares lesbianas en Chile.

A juicio del Movilh, “un gobierno, que tiene como presidenta a una mujer, debe ponerse a la altura de los cambios culturales que vive la sociedad y, por ello, estimamos que la desconsideración de los principios de Yogyakata, evidenciara una contradicción vital con un real respeto a los derechos humanos”.

“Las minorías sexuales estamos viviendo un momento histórico y lucharemos porque la sociedad chilena en su conjunto se haga parte del mismo”, apuntó el organismo.

LOS PRINCIPIOS

Los Principios de Yogyakarta exhortan al sistema de derechos humanos de la ONU, a las instituciones nacionales, a las organizaciones no gubernamentales y a otras instancias a que tomen acciones para sancionar y prevenir la discriminación contra gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.

El texto expresa, en ese sentido, su preocupación “porque en todas las regiones del mundo las personas sufren violencia, discriminación, exclusión, estigmatización y prejuicios debido a su orientación sexual o identidad de género”, lo cual “menoscaba la integridad y dignidad de las personas que son objeto de estos abusos, debilitando su sentido de estima personal y de pertenencia a su comunidad y conducen a muchas a ocultar o suprimir su identidad y a vivir en el temor y la invisibilidad”.

Agrega además que “la legislación internacional de derechos humanos impone una absoluta prohibición de la discriminación en lo concerniente al pleno disfrute de todos los derechos humanos, civiles, culturales, económicos, políticos y sociales”.

Por ello, “los Estados deben adoptar todas las medidas apropiadas para eliminar los prejuicios y las prácticas que se basen en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en roles estereotipados para hombres y mujeres, y observando asimismo que la comunidad internacional ha reconocido el derecho de las personas a decidir libre y responsablemente en asuntos relacionados con su sexualidad, incluyendo la salud sexual y reproductiva, sin sufrir coerción, discriminación, ni violencia”.

Los Principios piden también “articular sistemáticamente la legislación internacional de derechos humanos de manera que se aplique a las vidas y experiencias de las personas de diversas orientaciones sexuales e identidades de género”.

Para conocer más sobre “Los Principios de Yogyakarta y el nombre y cargo de sus 29 redactores, entrar aquí.

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